Wednesday, August 26, 2015

Capítulo 25: "El ayuno"... Principios del Evangelio

              

La forma de ayunar correctamente

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    ¿Qué podemos hacer para que el ayuno sea una experiencia gozosa?
Desde los tiempos de Adán, el pueblo de Dios ha ayunado con el fin de estar más cerca de Él y adorarlo. 
Jesús demostró la importancia del ayuno por medio de Su propio ejemplo (véase Lucas 4:1–4). 
Mediante la revelación de los postreros días, hemos aprendido que el Señor todavía espera que Su pueblo ayune y ore con frecuencia (véase D. y C. 88:76).
Ayunar significa abstenerse de comer y de beber. El ayunar de vez en cuando es saludable para el cuerpo y ayuda a la mente a estar más activa.
El Salvador nos enseñó que el ayuno con un propósito determinado es algo más que abstenerse de comer y de beber; es también concentrarse en asuntos espirituales.
A los maestros: Quizá desee dividir a los miembros de la clase o de la familia en grupos de dos a cuatro personas y dar a cada grupo la oportunidad de analizar maneras de hacer del ayuno una experiencia gozosa; después, pueden trabajar juntos a fin de formular una lista que incluya las ideas de todos, ya sea en la pizarra o en un pedazo grande de papel.

Cuando ayunamos, también debemos orar

La oración es una parte necesaria del ayuno. En las Escrituras, el ayuno y la oración se mencionan juntos. A nuestro ayuno lo debe acompañar la oración sincera, y es necesario que comencemos y terminemos nuestro ayuno con una oración.

Debemos ayunar con un propósito determinado

Un ayuno puede tener varios propósitos. Por medio del ayuno y de la oración, podemos vencer debilidades o encontrar solución a problemas. 
Algunas veces oramos y ayunamos para pedir ayuda o guía para otras personas, por ejemplo, en beneficio de un familiar que esté enfermo y que necesite una bendición (véaseMosíah 27:22–23). 
Por medio del ayuno llegamos a saber la verdad de las cosas, tal como lo hizo el profeta Alma del Libro de Mormón, quien dijo: “…he ayunado y orado muchos días para poder saber estas cosas por mí mismo. Y ahora sé por mí mismo que son verdaderas; porque el Señor Dios me las ha manifestado por su Santo Espíritu…” (Alma 5:46).
Podemos ayunar a fin de ayudar a otros a aceptar la verdad. El ayuno puede ayudar a reconfortarnos en tiempos de pesar y duelo (véase Alma 28:4–6). 
El ayuno también nos ayuda a ser humildes y a sentirnos más cerca de nuestro Padre Celestial (véase Helamán 3:35).
El propósito de nuestro ayuno no debe ser el de impresionar a los demás. El Señor hizo la siguiente amonestación:
“Cuando ayunéis, no pongáis un semblante como los hipócritas, porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
“Mas tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro,
“para no mostrar a los hombres que ayunas” (Mateo 6:16–18).
Debemos estar contentos cuando ayunamos y no proclamar a los demás que lo estamos haciendo.
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    ¿De qué manera influye en nuestro ayuno la actitud que tengamos al ayunar?

El día de ayuno

Los Santos de los Últimos Días ayunan un domingo al mes y en ese día no ingieren alimentos ni líquidos por dos comidas consecutivas. O sea que desde la comida que ingerimos el sábado, no volvemos a comer ni a beber hasta la comida del día domingo a la misma hora.
Todos los miembros que físicamente puedan hacerlo, deben ayunar. Debemos alentar a nuestros hijos a ayunar después de que hayan sido bautizados, pero nunca debemos forzarlos. 
El día de ayuno es un día especial en el cual nos humillamos ante el Señor en ayuno y oración; es un día en que oramos para pedir perdón por nuestros pecados, para tener el poder que se requiere para vencer nuestras debilidades y para perdonar a los demás.
En el domingo de ayuno, los miembros de la Iglesia se reúnen y participan de la Santa Cena; se fortalecen a sí mismos y los unos a los otros por medio de los testimonios que dan en la reunión de ayuno y testimonio.
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    ¿Cómo le ha beneficiado el dar su testimonio durante la reunión de ayuno y testimonio? ¿En qué le ha beneficiado escuchar a los demás dar su testimonio?

 ayunamos somos bendecidos

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    ¿Qué bendiciones podemos recibir cuando ayunamos de la manera apropiada?
Isaías, un profeta del Antiguo Testamento, escribió acerca de las ricas promesas que el Señor ha hecho para quienes ayunan y ayudan a los necesitados. Se nos prometen paz, una mejor salud y guía espiritual. Isaías nos dice lo que se nos promete cuando ayunamos: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se manifestará pronto; e irá tu rectitud delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te responderá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí” (Isaías 58:8–9).
El ayuno mejora nuestra vida y nos da fortaleza adicional; nos ayuda a vivir otros principios del Evangelio porque nos acerca más al Señor.

El ayuno nos enseña autocontrol

El ayuno nos ayuda a obtener fortaleza de carácter; cuando ayunamos en forma apropiada, aprendemos a controlar nuestros apetitos y nuestras pasiones. Llegamos a ser un poco más fuertes cuando nos demostramos a nosotros mismos que podemos ejercer autocontrol. 
Si enseñamos a nuestros hijos a ayunar, ellos desarrollarán la fuerza espiritual necesaria para vencer tentaciones más grandes a lo largo de su vida.

El ayuno nos brinda poder espiritual

Cuando ayunamos con prudencia y con espíritu de oración, desarrollamos fe y, con esa fe, tendremos un mayor poder espiritual. Por ejemplo, Alma (un profeta del Libro de Mormón) nos relata la historia de su reencuentro con los hijos de Mosíah muchos años después de su milagrosa conversión. Alma sintió un gran gozo cuando supo que ellos habían fortalecido su fe y desarrollado un gran poder espiritual; habían logrado ese poder debido a que “…se habían dedicado a mucha oración y ayuno; por tanto, tenían el espíritu de profecía y el espíritu de revelación…” (Alma 17:3).
Los hijos de Mosíah habían estado predicando por catorce años entre los lamanitas y, debido a que habían ayunado y orado, el Espíritu del Señor aumentó el poder de sus palabras; eso les dio gran éxito en la obra misional. (Véase Alma 17:4).
El Salvador ha dicho a quienes ayunan en forma correcta: “…tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público” (Mateo 6:18).
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    ¿En qué forma incrementa el ayuno nuestro poder espiritual para resistir las tentaciones?, ¿para recibir revelación?, ¿para hacer cosas rectas?

Pasajes adicionales de las Escrituras

“Como yo os he amado, que… os améis unos a otros”... Lección # 23 del Nuevo Testamento

Actividad para despertar el interes:

Disponga que al principio de la clase venga un solista o un grupo de adultos o niños a cantar “Amad a otros” (Himnos, Nº 203). Si esto no es posible, lleve a la clase una grabación de la canción o prepárese para que los miembros de la clase la canten juntos. 

El texto de este himno viene de Juan 13:34–35. Pida a los miembros de la clase que busquen este pasaje de las Escrituras, y pida que uno de ellos lo lea en voz alta. 
Jesús pronunció estas palabras en la Última Cena. 
En esta lección se tratará el tema de este mandamiento y de otras cosas que dijo e hizo Jesús durante esa reunión con Sus apóstoles.

                                           Jesús instituye la Santa Cena.

Analicen Lucas 22:7–30 
esa comida de pascua, la que compartieron Jesús y Sus apóstoles el día antes de la crucifixión de Jesús, con frecuencia se le llama la Última Cena. 
• Cuando Jesús y Sus apóstoles se reunieron para comer la comida de pascua, Jesús introdujo la ordenanza de la Santa Cena. 
¿Qué les dijo a los apóstoles en cuanto al propósito de la Santa Cena? (Véase Lucas 22:19–20. Su propósito era ayudarles a recordarle a Él y a recordar Su sacrificio expiatorio.) 
¿Por qué nos ayuda a recordar al Salvador el participar de la Santa Cena?
El élder Jeffrey R. Holland dijo: “Desde aquel acontecimiento que tuvo lugar en el aposento alto, en la víspera de Getsemaní y del Gólgota, los hijos de la promesa han estado bajo convenio de recordar el sacrificio de Cristo en esta forma nueva, más perfecta, más santa y personal… Si recordar es lo más importante que debemos hacer, ¿en qué debemos pensar cuando se nos ofrecen esos sencillos y preciosos emblemas?” (Liahona, enero de 1996, pág.76.)
Analicen las respuestas a la pregunta del élder Holland, incluso algunas cosas que él sugirió que recordáramos en cuanto al Salvador (Liahona, enero de 1996, pág. 78).
  1. a. 
    Su amor y Su fortaleza en el Gran Concilio en los Cielos.
  2. b. 
    Que Él es el Creador de los cielos y de la tierra.
  3. c. 
    Todo lo que Él hizo como Jehová en Su vida premortal.
  4. d. 
    La sencilla grandeza de Su nacimiento.
  5. e. 
    Sus enseñanzas.
  6. f. 
    Sus milagros y sanidades.
  7. g. 
    Que “todas las cosas que son buenas vienen de Cristo” (Moroni 7:24).
  8. h. 
    El maltrato, el rechazo y la injusticia que Él soportó.
  9. i. 
    Que Él descendió por debajo de todas las cosas para elevarse por encima de ellas.
  10. j. 
    Que Él hizo sacrificios y soportó pesares por cada uno de nosotros.
• ¿Por qué es importante que tomemos la Santa Cena todas las semanas? 
¿Cómo podemos prepararnos espiritualmente antes de participar de la Santa Cena?
• En la Última Cena, los apóstoles de nuevo contendieron en cuanto a “…quién de ellos sería el mayor” (Lucas 22:24; véase también Mateo 18:1; Lucas 9:46). 
¿Por qué a veces queremos que se nos considere mejores que alguien más?
 ¿Cómo podemos vencer esos sentimientos?
• ¿Qué enseñó el Señor en cuanto a la verdadera grandeza? (Véase Lucas 22:25–27; véase también Mateo 20:25–28.) 
¿De qué manera es Él mismo un ejemplo de esta enseñanza? 
¿Cómo podemos seguir Su ejemplo?

 Jesús les manda amarse unos a otros.

  

Juan 13  "Después de participar de la Última Cena con Sus apóstoles, Jesús lavó los pies de cada uno de ellos" (Juan 13:4–5). 
Usualmente era un sirviente el que desempeñaba esa tarea cuando llegaba un invitado. Un motivo por el cual Jesús lo hizo fue para enseñar a Sus apóstoles acerca de la humildad y el servicio.
Pero Simón Pedro se opuso cuando Jesús empezó a lavarle los pies porque sintió que no era correcto que el Señor actuara como un sirviente.(Juan 13:6, 8) 
¿Cómo respondió Jesús? (Juan 13:8.)
Pero Jesús les dijo que debían seguir su ejemplo de servicio. (Juan 13:12–17)
 ¿De qué manera les ha dado felicidad el servicio que han prestado a otras personas?
• ¿Qué podemos aprender de las palabras y los hechos de Jesús en cuanto a las cualidades de los buenos líderes? 
¿Cómo podemos seguir Su ejemplo cuando tengamos un puesto de líder?
• Durante la Última Cena, Jesús les dijo en repetidas ocasiones a Sus discípulos que se amaran unos a otros (Juan 13:34–35; 15:12, 17). 
¿Cuáles son algunas de las cosas específicas que podemos hacer para seguir el ejemplo de amor de Cristo?
 Jesús enseña: “Yo soy. el camino, la verdad, y la vida” y “Yo soy la vid verdadera”
Juan 14:1–15; 15. ¿Por qué estaba preocupado Tomás cuando Jesús les dijo a los apóstoles: “Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino”? (Véase Juan 14:4–5.)
 ¿Qué le dijo Jesús a Tomás? (Véase Juan 14:6.) 
¿Por qué es Jesús el único camino mediante el cual podemos venir a nuestro Padre Celestial?
• Jesús enseñó a Sus discípulos a mostrarse amor los unos por los otros a través del servicio. 
¿Qué les dijo que hicieran para demostrar su amor por Él? (Véase Juan 14:15.) 
¿Por qué la obediencia demuestra nuestro amor por el Señor?
• Al enseñar a Sus apóstoles, Jesús se valió del símbolo de la vid (Juan 15:1–8). 
¿A quién simbolizan la vid, el labrador (jardinero) y los pámpanos (ramas)? ( Juan 15:1, 5.)
Si llevó una planta a la clase, muéstrela ahora.
• ¿Qué sucede con una hoja o rama que es cortada del resto de la planta? 
¿Por qué son similares nuestra relación con el Salvador y la de una hoja o rama con la planta principal?
• En la comparación del Salvador, ¿qué hace el labrador con los pámpanos (ramas) de la vid que no dan fruto? (Véase Juan 15:2.) 
¿Qué hace con los pámpanos que sí dan fruto? (Nótese que la palabra limpiará se refiere a la purificación.) 
¿Cómo se aplica esto a nosotros?
• Jesús enseñó: “…el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). 
¿Qué experiencias han tenido que les han mostrado la veracidad de este pasaje?
• Según Juan 15:13, ¿cuál es una de las máximas demostraciones de amor? ¿Qué nos dice esto acerca del amor que el Salvador tiene por nosotros?

Conclusión

Testifique que Jesucristo nos ama y que desea que nos amemos y sirvamos los unos a los otros. Inste a los miembros de la clase a recordar la Expiación de Cristo y Su amor por nosotros cada semana durante la Santa Cena.

Sugerencias adicionales para la enseñanza

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.

1. Tomar sobre nosotros el nombre de Cristo.

Al hablar de la Santa Cena, tal vez deseen analizar las preguntas que aparecen a continuación sobre el tema de tomar sobre nosotros el nombre de Cristo. Algunas de las respuestas que se sugieren se han adaptado de un discurso pronunciado por el élder Dallin H. Oaks en la conferencia general de abril de 1985 (véase Liahona, julio de 1985, págs. 77–80).
• ¿Cuándo tomamos sobre nosotros el nombre de Cristo?
  1. a. 
    Cuando nos bautizamos en Su Iglesia (2 Nefi 31:13; Mosíah 25:23; Moroni 6:3; D. y C. 18:22–25; 20:37).
  2. b. 
    Cuando renovamos nuestros convenios bautismales al tomar la Santa Cena (Moroni 4:3; 5:2; D. y C. 20:77, 79).
  3. c. 
    Cuando proclamamos nuestra creencia en Él.
  4. d. 
    Cuando tomamos sobre nosotros la autoridad de actuar en Su nombre y ejercemos dicha autoridad.
  5. e. 
    Cuando tomamos parte en las sagradas ordenanzas del templo.
• ¿Qué prometemos cuando tomamos sobre nosotros el nombre de Cristo?
  1. a. 
    Mostramos que estamos dispuestos a hacer la obra de Su reino y que estamos comprometidos a servirle a Él hasta el fin (D. y C. 20:37; Moroni 6:3).
  2. b. 
    Prometemos seguirle a Él con verdadera intención, obedeciéndole y arrepintiéndonos de nuestros pecados (2 Nefi 31:13; Mosíah 5:8).
• ¿Qué nos promete Jesucristo cuando tomamos Su nombre sobre nosotros? (Llegamos a ser hijos e hijas suyos, y llevamos Su nombre. Los que sean llamados por Su nombre en el último día serán exaltados; véase Mosíah 5:7–9; 15:12; Alma 5:14; 3 Nefi 27:5–6; D. y C. 76:55, 58, 62.)

2. Presentación en video.

En el quinto segmento de “Costumbres del Nuevo Testamento”, una selección del videocasete Nuevo Testamento: Presentaciones en video (53914 002), se incluye información en cuanto a las fiestas que se celebraban en los tiempos del Nuevo Testamento. Si muestra este segmento, se les facilitará a los miembros de la clase visualizar la Última Cena y comprender la referencia que se hace al discípulo que estaba “recostado al lado de Jesús” (Juan 13:23).

3. Presentación por un miembro de la clase.

Para algunas personas, en especial los jóvenes, quizás sea difícil comprender comparaciones como “Yo soy la vid verdadera”. Para dar una ilustración más personal del amor que tiene Jesucristo por nosotros, pida a uno o dos miembros de la clase que relaten una experiencia que hayan tenido en la que sintieron el amor del Salvador que les daba fuerza, así como la vid da fuerza a sus hojas o pámpanos (ramas). Haga la asignación por lo menos con una semana de anticipación, y anime a los participantes a buscar la inspiración del Espíritu Santo a fin de escoger una experiencia apropiada.