La mayoría de las personas tendrán la oportunidad de compartir las verdades del Evangelio con los demás. Debido a que existen muchas formas conflictivas de pensar acerca del matrimonio y la familia en el mundo de hoy, es sumamente importante que sepamos la manera de explicar la importancia del matrimonio y la familia en el plan del Padre Celestial. Al hacerlo, debemos asegurarnos de explicar de forma breve y sencilla nuestras creencias con la guía del Espíritu, para que otras personas puedan comprender las verdades del Evangelio.
¿Cómo puede ayudar a los demás a comprender sus creencias acerca del matrimonio y la familia?
¿En qué forma ha explicado los conceptos sobre el matrimonio eterno a sus amigos que no son miembros de la Iglesia?
Actividad para despertar interes:
- Invite a alguien que hable algún otro idioma (si posible que sea un miembro de la clase) a asistir a la clase y hablarles en ese idioma. Invite a los jóvenes a explicar cómo el escuchar otro idioma que no comprenden podría ser para las demás personas como escuchar a los miembros de la Iglesia explicar verdades del Evangelio al utilizar palabras que no comprenden, como por ejemplo: matrimonio eterno, sellamiento o reino celestial.
Pregunte a los jóvenes si se les ha pedido que expliquen la posición de la Iglesia acerca del matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Cómo respondieron? Leamos algunos párrafos seleccionados del discurso del élder D. Todd Christofferson:
Arriba de la Gran Puerta Oeste de la famosa Abadía de Westminster, en Londres, Inglaterra, se encuentran las estatuas de diez mártires cristianos del siglo XX. Entre ellas está la de Dietrich Bonhoeffer, un brillante teólogo alemán que nació en 19061. Bonhoeffer criticó abiertamente la dictadura nazi y el trato que daban a los judíos y a otras personas. Lo encarcelaron por su activa oposición y finalmente lo ejecutaron en un campo de concentración. Bonhoeffer fue un escritor prolífico, y algunas de sus obras más conocidas son las cartas que unos guardias compasivos le ayudaron a sacar a escondidas de la prisión, y que posteriormente se publicaron como Resistencia y sumisión: cartas y apuntes desde el cautiverio.
Una de esas cartas que escribió en la prisión fue a su sobrina, antes de que ella se casara; carta que incluía estos importantes enfoques:
“El matrimonio es más que el amor mutuo que ustedes se tienen… en el matrimonio son un eslabón en la cadena de las generaciones que el Señor hace que vengan y vayan para gloria de Él, por lo que los llama a entrar en Su reino.
En el matrimonio están colocados en un lugar de responsabilidad con el mundo y la humanidad.
El matrimonio proviene de arriba, de Dios”2.
La familia edificada en el matrimonio de un hombre y una mujer proporciona el mejor entorno para que el plan de Dios prospere: el entorno para el nacimiento de hijos que vienen con pureza e inocencia de Dios, y el ambiente para el aprendizaje y la preparación que necesitarán a fin de tener una vida terrenal de éxito y obtener la vida eterna en el mundo venidero.
Se necesita una cantidad mínima de familias edificadas en ese tipo de matrimonio para que las sociedades sobrevivan y progresen.
Es por eso que las comunidades y las naciones por lo general han fomentado y protegido el matrimonio y la familia como instituciones privilegiadas; nunca ha tenido que ver sólo con el amor y la felicidad de los adultos.
Nuestra afirmación acerca de la función del matrimonio y de la familia no se basa en la ciencia social, sino en la verdad de que son la creación de Dios. Él es quien, en el comienzo, creó a Adán y a Eva a Su imagen, varón y hembra; y los unió como esposo y esposa para que fuesen “una sola carne” y se multiplicaran e hinchiesen la Tierra21.
Cada persona lleva consigo la imagen divina, pero es en la unión matrimonial del varón y la mujer como uno donde quizás se manifiesta el significado más completo de lo que es haber sido hechos a la imagen de Dios, varón y hembra. Ni nosotros ni ningún otro ser humano puede alterar ese divino orden del matrimonio; no es una invención humana; ese tipo de matrimonio en verdad proviene “de arriba, de Dios”, y forma parte tan integral del plan de felicidad como la Caída y la Expiación.
En el mundo premortal, Lucifer se rebeló contra Dios y Su plan, y su oposición sólo se intensifica.
Él lucha para desalentar el matrimonio y la formación de familias; y donde se establecen matrimonios y familias, hace lo posible por perturbarlos.
Ataca todo lo que es sagrado sobre la sexualidad humana, apartándola del contexto del matrimonio con, aparentemente, una infinidad de pensamientos y actos inmorales.
Se esfuerza por convencer a los hombres y a las mujeres que las prioridades del matrimonio y la familia se pueden pasar por alto o abandonar, o por lo menos supeditarlas a la profesión, a otros logros, y a la búsqueda del placer propio y la autonomía individual.
Ciertamente el adversario se complace cuando los padres no enseñan ni instruyen a sus hijos a tener fe en Cristo ni a nacer espiritualmente de nuevo.
Hermanos y hermanas, muchas cosas son buenas, muchas son importantes, pero sólo algunas son esenciales.
Algunos de ustedes no gozan de la bendición de un matrimonio por razones que incluyen la falta de candidatos viables, la atracción hacia el mismo sexo, las discapacidades físicas o mentales, o simplemente el miedo al fracaso que, por el momento al menos, eclipsa la fe.
Quizás se hayan casado, pero ese matrimonio terminó y ahora están solos para manejar lo que dos personas apenas pueden sustentar.
Algunos que están casados no pueden tener hijos, a pesar de grandes deseos y oraciones fervientes.
Aun así, todos tienen dones; todos tienen talentos; todos pueden contribuir al desarrollo del plan divino en cada generación.
Gran parte de lo que es bueno, gran parte de lo que es esencial, incluso a veces todo lo que por ahora es necesario, se puede lograr en circunstancias que no son ideales. Muchos de ustedes hacen todo lo posible; y cuando los que llevan las cargas más difíciles de la mortalidad levantan su voz en defensa del plan de Dios para exaltar a Sus hijos, todos estamos listos para apoyarlos.
Con confianza testificamos que la expiación de Jesucristo ha previsto, y al final compensará, todas las privaciones y pérdidas para aquellos que se vuelvan a Él. Nadie está predestinado a recibir menos de todo lo que el Padre tiene para Sus hijos.
¿Que han aprendido acerca de la importancia del matrimonio entre un hombre y una mujer?
Que podrían decir la próxima vez que tengan la oportunidad de expresar sus creencias acerca del matrimonio?.
Anoten en la pizarra preguntas que otras personas que no son de nuestra religión podrían tener acerca del matrimonio y la familia, tales como:
“¿Por qué tengo que casarme y tener hijos?”
“¿Por qué el matrimonio tiene que ser entre un hombre y una mujer?
algunas posibles respuestas para esas preguntas podrian encontrarse en El matrimonio (Leales a la Fe)
En el plan de felicidad de nuestro Padre Celestial, un hombre y una mujer pueden ser sellados el uno al otro por el tiempo de esta vida y por toda la eternidad.
Los que son sellados en el templo tienen la certeza de que su relación continuará para siempre si son fieles a sus convenios; saben que nada, ni siquiera la muerte, puede separarlos permanentemente.
El convenio del matrimonio eterno es necesario para la exaltación. El Señor reveló por medio de José Smith: “En la gloria celestial hay tres cielos o grados; y para alcanzar el más alto, el hombre tiene que entrar en este orden del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio]; y si no lo hace, no puede alcanzarlo. Podrá entrar en el otro, pero ése es el límite de su reino; no puede tener progenie” (D. y C. 131:1–4).
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