“Él fue… el más noble de la familia de mi padre. Él fue uno de los más nobles de los hijos del hombre… En él no había malicia… Era uno de los hombres más sensatos y cuando murió, el ángel del Señor estuvo con él hasta sus últimos momentos”.
Alvin falleció en 1823, tres años después de haber aceptado el testimonio de José sobre la Primera Visión y más de cinco años antes de restaurarse el sacerdocio.
• En nuestra calidad de miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, poseemos la plenitud del Evangelio y las ordenanzas salvadoras del sacerdocio. Gracias a la obra en el templo por los muertos, podemos efectuar estas ordenanzas en beneficio de los millones y millones de hombres y mujeres que no las recibieron durante su vida aquí en la tierra.
1. Por medio del profeta José Smith, el Señor reveló la doctrina de las ordenanzas del sacerdocio por los muertos.
• Todas las personas deben tener la oportunidad de escuchar el Evangelio y de recibir las ordenanzas salvadoras del sacerdocio es por eso que efectuamos los bautismos por los muertos. La gente que no haya recibido esas bendiciones durante la vida terrenal tendrá la oportunidad de recibirlas en el mundo de los espíritus. Como allí no tienen cuerpos físicos, no pueden recibir las ordenanzas por sí mismos. Sin embargo, nosotros podemos recibir las ordenanzas en su nombre y después las personas en el mundo de los espíritus pueden escoger si desean aceptar o rechazar esas ordenanzas que se hayan efectuado por ellos.
El Señor comenzó a enseñar al profeta José Smith en cuanto a la obra por los muertos casi al comienzo de su ministerio (José Smith—Historia 1:36–39; encabezamiento de D. y C. 2; D. y C. 2:1–3). El presidente Gordon B. Hinckley comentó sobre esa enseñanza: “Es sumamente significativo para mí que… las maravillosas palabras de Malaquías concernientes a la obra por los muertos se le hayan repetido al joven José cuatro años antes de que se le permitiera desenterrar las planchas del cerro. Le fueron dichas antes de recibir el Sacerdocio Aarónico y el Sacerdocio de Melquisedec, antes de que fuera bautizado, y mucho antes de que la Iglesia fuera organizada. Eso dice mucho acerca de la importancia de esa obra en el plan del Señor”.
El 15 de agosto de 1840, el profeta José predicó en el funeral de un miembro de la Iglesia llamado Seymour Brunson. En su sermón, leyó exhaustivamente de 1 Corintios 15, que hace referencia al bautismo por los muertos (1 vers. 29). Después anunció que los santos se podrían bautizar en nombre de sus amigos y parientes que hubiesen muerto sin haber recibido el Evangelio. Declaró que el propósito del plan de salvación era salvar a todos los que estuviesen dispuestos a obedecer los requisitos de la ley de Dios. Después de ese sermón, los miembros de la Iglesia comenzaron a efectuar bautismos por los muertos en el cercano río Misisipí.
2. El Señor mandó a los santos edificar un templo en Nauvoo.
• El 19 de enero de 1841, varios meses después de que los santos comenzaran a efectuar bautismos por los muertos, el Señor les mandó edificar un templo en Nauvoo (D. y C. 124:25–27). Algunas de las razones que dio el Señor por haber dado ese mandamiento se encuentran en las siguientes escrituras:
- a. D. y C. 124:28, 40–41. (Con el fin de revelar otras ordenanzas del sacerdocio.)
- b. D. y C. 124:29–30, 33. (Para que tuviesen un lugar donde efectuar los bautismos por los muertos.)
- c. D. y C. 124:55. (Para que los santos probasen que eran fieles en guardar Sus mandamientos para que así Él los bendijera y los coronara con honra, inmortalidad y vida eterna.)
El Templo de Nauvoo fue el segundo templo que se construyó en esta dispensación. Uno de los propósitos principales de ese templo fue el de proporcionar un lugar para que los santos efectuaran las ordenanzas, tales como los bautismos y las confirmaciones por los muertos, la investidura y el matrimonio en el templo. Esas ordenanzas no se efectuaron en el Templo de Kirtland.
Los santos hicieron grandes sacrificios para obedecer el mandamiento de edificar ese templo.
Por un corto tiempo, el Señor permitió que los santos siguieran efectuando bautismos por los muertos en el río Misisipí (D. y C. 124:31–32). Pero el 3 de octubre de 1841, el profeta José Smith anunció: “No habrá más bautismos por los muertos hasta que se pueda efectuar la ordenanza en la Casa del Señor” .
El 8 de noviembre de 1841, Brigham Young dedicó una pila bautismal temporaria de madera, pero que había sido tallada con esmero, en el subsuelo (sótano) del templo sin terminar. En la actualidad, todas las ordenanzas por los muertos tienen que llevarse a cabo en los templos.
3. Debemos poner entusiasmo y alegría en la obra de efectuar bautismos por los muertos.
En la época del Nuevo Testamento, después de la Resurrección de Cristo, se efectuaron algunos bautismos por los muertos (1 Corintios 15:29). Sin embargo, la gran obra de proporcionar las ordenanzas de salvación para los muertos recae ahora en los miembros de la Iglesia de esta dispensación.
Todos los miembros de la Iglesia, de 12 años y mayores, y aun los nuevos conversos, se pueden bautizar por los muertos. Para poder bautizarse por los muertos, el miembro debe tener una recomendación para el templo en vigencia. Los varones deben, además, poseer el sacerdocio.
• Lea D. y C. 128:15 ¿Por qué es que los muertos dependen de nosotros para su salvación? ¿Por qué nuestra salvación depende de la salvación de los muertos? (Véase D. y C. 128:17–18 y las siguientes citas.)
El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Lo que se efectúa en la Casa del Señor… se acerca más al espíritu de sacrificio del Señor que ninguna otra cosa que yo conozca. ¿Por qué? Porque quienes lo hacen dan libremente de su tiempo y de sus medios, sin esperar nada a cambio, para beneficio de otros que no pueden hacerlo por sí mismos” .
El élder John A. Widtsoe, del Quórum de los Doce, dijo: “En nuestro estado preterrenal, en el día del gran concilio, concertamos un acuerdo con el Dios Todopoderoso. El Señor propuso el plan que había concebido y nosotros lo aceptamos. Puesto que el plan tiene por objeto abarcar a todo el género humano, somos partícipes en la salvación de todas las personas que se acogieron a ese plan. En ese concilio, convinimos no sólo en ser salvadores de nosotros mismos sino… en ser salvadores de toda la familia humana. Entramos en una sociedad con el Señor; y al llevar a cabo el plan, llegó a ser entonces no sólo la obra del Padre ni sólo la obra del Salvador, sino también la nuestra. El menor de nosotros, el más humilde, está en sociedad con el Todopoderoso para lograr el propósito del plan eterno de salvación”.
• En D. y C. 2 ¿Por qué el efectuar bautismos por los muertos hace que volvamos el corazón hacia nuestros antepasados?
Historias:
“Después de haber buscado los datos de más de 400 nombres, tanto hombres como mujeres, las Mujeres Jóvenes del Barrio Meridian 15, de Idaho, invitaron a los Hombres Jóvenes a ir con ellas al Templo de Boise, Idaho, para efectuar los bautismos. El templo hizo los arreglos necesarios para guardar los nombres archivados para que los miembros del barrio efectuaran las ordenanzas. Heather Bennett, de 15 años, dijo: ‘Lo más lindo fue bautizarnos por ellos. Los nombres me resultaban familiares. Ésa fue la parte mejor de todo el proyecto. Hicimos la obra por personas que de otra forma no se hubiera realizado. Es posible que hubieran sido olvidadas’ ”.
Cori Christensen, otro miembro del grupo, dijo: “Mientras nos encontrábamos sentadas en el bautisterio del templo, nos embargaba un hermoso sentimiento. Era un sentimiento de triunfo. Nosotras habíamos hecho posibles nuevas oportunidades para ellos” .
• Lea D. y C. 128:19, 22–24 De acuerdo con esos versículos, ¿cuál debe ser nuestra actitud acerca del Evangelio y acerca de efectuar bautismos por los muertos? ¿Por qué la causa del bautismo por los muertos brinda tanta alegría, tanto para los vivos como para los muertos?
La importancia de guardar registros
Por medio del profeta José Smith, el Señor mandó que los santos guardaran registros fieles de los bautismos por los muertos (D. y C. 127:5–9; 128:1–9). Esos registros ahora se encuentran archivados en computadoras (ordenadores).
• Estos registros deben guardarse y estos registros que se hacen en la tierra se encuentran también registrados en los cielos, y los muertos serán juzgados por medio de estos libros. A la Segunda Venida, presentaremos los registros al Señor como una ofrenda.) ( D. y C. 128:6–8, 24.)
Conclusión
Lea D. y C. 128:17 El profeta José Smith llamó a la obra de la redención de los muertos el tema “más glorioso de todos los que pertenecen al evangelio sempiterno”.
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