Wednesday, September 23, 2015

Septiembre "¿Cómo el guardar los mandamientos influye en mi capacidad para aprender el Evangelio?"... Ven Sigueme (Escuela Dominical)

Aprender el Evangelio requiere la inspiración del Espíritu Santo. El Espíritu Santo puede iluminar nuestro entendimiento y testificar acerca de las verdades del Evangelio. Con el fin de ser dignos de Su influencia, debemos ser obedientes a los mandamientos. A medida que somos obedientes a los principios que aprendemos, nos preparamos para recibir verdades adicionales del Señor.

Actividad para despertar el interés:




Lleve a la clase unas galletas preparadas con la receta y medidas correctas y comparta una a cada alumno.
lleve otras galletas preparadas incorrectamente y deles esta otra galleta que sabra mal, porque las medidas e instrucciones no son las correctas.
Muestreles ahora la receta de las galletas.
Los mandamientos son semejantes a  la receta, son instrucciones para que no tengamos que sufrir las amargas consecuencias de la desobediencia, recordemos que "La obediencia trae bendiciones".


  • video “Dios les dio conocimiento”
  • ¿Cómo demostraron obediencia Daniel y sus amigos? 
  • ¿Cómo fueron bendecidos? 
  • ¿Qué situaciones afrontan los jóvenes que puedan ser semejantes a las de Daniel? 
  • Invite a cada joven a leer acerca de otro personaje de las Escrituras que haya sido bendecido con conocimiento y comprensión a causa de su obediencia (tal como Nefi en 1 Nefi 4 o José Smith en José Smith—Historia 1:11–17).
  •  Pídales que escriban un breve resumen de lo que hayan leído y enseñen al resto de la clase acerca de cómo la persona que eligieron fue bendecida con conocimiento debido a su obediencia.
  • Invite a cada joven a seleccionar uno de los siguientes pasajes de las Escrituras: Juan 7:172 Nefi 28:30D. y C. 50:24.
  •  Pida a los jóvenes que lean los pasajes y reflexionen sobre lo que estos enseñan acerca de la obediencia y el aprendizaje del Evangelio. Después, invítelos a encontrar a alguien en la clase que haya seleccionado un pasaje diferente de las Escrituras y compartan los unos con los otros lo que hayan aprendido.
  • Entregue a los jóvenes una linterna que no funcione e invítelos a examinarla para determinar por qué no da luz. Comparta la siguiente declaración del discurso del élder Richard G. Scott “Cómo obtener revelación e inspiración en tu propia vida”: “Uno siempre debe estar mental y físicamente limpio, y tener una intención pura, para que el Señor pueda inspirar. Una persona que es obediente a Sus mandamientos deposita su confianza en el Señor. Esa persona tiene acceso a recibir Su inspiración para saber qué hacer y, cuando sea necesario, el poder divino para hacerlo… Nuestra obediencia nos asegura de que cuando sea necesario, podamos ser merecedores del poder divino para lograr un objetivo inspirado” (pág. 47).
  • ¿De qué modo una linterna que no funciona ilustra los principios que el élder Scott enseña en esa cita? 
  • Invite a los jóvenes a reflexionar sobre lo que deben hacer para obtener la “confianza del Señor” y recibir revelación de Él. Pida a algunos de ellos que compartan sus pensamientos.
  • Invite a los jóvenes a leer parte del discurso del presidente Henry B. Eyring “Un testimonio viviente”, desde el párrafo que comienza: “Por eso, una semilla de fe ya está plantada…” hasta el párrafo que comienza: “Mi sentimiento sobre el gozo de ellos proviene…”. ¿Cómo ayudó la obediencia del presidente Eyring a fortalecer su testimonio? ¿Qué cosas específicas pueden hacer los jóvenes para seguir el ejemplo del presidente Eyring?
Pida a los jóvenes que compartan lo que hayan aprendido.
 ¿Entienden cómo el guardar los mandamientos influye en su habilidad para aprender el Evangelio?
 ¿Qué sentimientos o impresiones tienen? 
¿Desean hacer otras preguntas?
 ¿Resultaría útil dedicarle más tiempo a este tema?

Sunday, September 13, 2015

Obediencia

Coloque una silla enmedio de la clase con unos carteles que digan algunos de los mandamientos, coloque un anillo en una cuerda de aproximadamente 5 pies que pase por sobre la silla e invite a uno de los alumnos a que pase el anillo por encima de la silla, pero sin que el anillo toque la silla y él no deberá moverse de su lugar.

Si no pudo entonces invite a otro alumno para que le ayude, entonces vera que es mas fácil pasar el anillo con ayuda de alguien más.

Los mandamientos son más faciles para obedecer cuando tenemos ayuda ,si pretendemos hecerlo todo por nosotros mismos será muy dificil que alcanzemos la meta, tenemos la ayuda del Señor, tenemos ayuda de las Escrituras, con nuestros padres, buenos amigos o maestros, si acudimos por esa ayuda podremos atravesar las pruebas y dificultades con mayor facilidad !

Wednesday, September 9, 2015

“Esta es la vida eterna”...Lección #24 del Nuevo Testamento

Muestre las dos cajas envueltas para regalo estas cajas representan los dones.
Un don es un regalo.


 Que dones o regalos que les gustaría recibir.?
Una de las cajas representa uno de los máximos dones o regalos que podemos recibir en esta vida. 
La otra representa lo que el Señor ha llamado “el mayor de todos los dones de Dios” (D. y C. 14:7).
En esta lección descubrirán cuáles son esos dos dones o regalos y aprenderán lo que tienen que hacer para recibirlos.

1. Jesús promete a Sus apóstoles que recibirán el don del Espíritu Santo.

 Juan 16:1–15.
Durante las horas finales de Su ministerio mortal, Jesús enseñó y fortaleció a Sus apóstoles. ¿Por qué era necesario que fueran fortalecidos en esos momentos? (Véase Juan 16:1–6; véase también Juan 15:18–20.)
• El Salvador dijo a Sus apóstoles que les enviaría otro Consolador (el Espíritu Santo) (Juan 16:7). ¿Cuál es la misión del Espíritu Santo? (Véase Juan 14:26; 15:26; 16:7–14. Escriba las respuestas en la pizarra, tal como se muestra a continuación.)
El Espíritu Santo:
  1. a. 
    Consuela (Juan 14:26).
  2. b. 
    Enseña (Juan 14:26).
  3. c. 
    Nos recuerda verdades (Juan 14:26).
  4. d. 
    Testifica del Salvador (Juan 15:26).
  5. e. 
    Nos guía a toda la verdad (Juan 16:13).
  6. f. 
    Nos hace saber las cosas que habrán de venir (Juan 16:13).
  7. g. 
    Glorifica al Salvador (Juan 16:14).
• Durante el ministerio mortal de Jesús, los Doce Apóstoles recibieron manifestaciones del Espíritu Santo, pero no fue sino hasta después de la muerte y resurrección de Cristo que recibieron el don del Espíritu Santo (Juan 20:22). 
¿Qué diferencia existe entre una manifestación del Espíritu Santo y el don del Espíritu Santo? (Véase la cita que se halla a continuación.) 
¿De qué manera le ha ayudado el recibir el don del Espíritu Santo?
El élder Dallin H. Oaks enseñó:
“…las manifestaciones del Espíritu Santo se dan para guiar a los que buscan con sinceridad las verdades del Evangelio que les persuadirán a arrepentirse y a bautizarse. El don del Espíritu Santo es más extenso… incluye el derecho a tener Su compañía constante, para que siempre podamos ‘…tener su Espíritu con [nosotros]’ (D. y C. 20:77).
“Una hermana recién bautizada me comentó lo que sintió cuando recibió ese don. Ella era una fiel mujer cristiana que había pasado toda su vida al servicio de los demás; conocía y amaba al Señor y había sentido las manifestaciones de Su Espíritu. Cuando recibió la luz adicional del Evangelio restaurado, se bautizó y los élderes impusieron las manos sobre su cabeza y le confirieron el don del Espíritu Santo. Ella recordó: ‘Sentí la influencia del Espíritu Santo descender sobre mí con una intensidad que jamás había sentido. Fue como un viejo amigo que me había guiado en el pasado pero que ahora venía para quedarse’” (Liahona, enero de 1997, pág. 67).
Si utilizó la actividad para despertar el interés, coloque en el exterior de una de las cajas de regalo la tira de palabras que dice Don del Espíritu Santo.
• Después de recibir el don del Espíritu Santo, ¿cómo podemos hacernos dignos de su compañía constante? (Véase Hechos 5:32; D. y C. 6:14; 20:77, 79; 76:116; 121:45–46.) 
¿Cómo podemos reconocer la influencia del Espíritu Santo? (Véase Gálatas 5:22–23; D. y C. 6:15, 23; 11:13.)
El presidente Boyd K. Packer enseñó: “El Espíritu Santo se comunica con una voz que se siente más de lo que seoye. Se le ha descrito como una voz suave y apacible. Aunque decimos que ‘escuchamos’ los susurros del Espíritu, por lo general describimos una inspiración espiritual diciendo: ‘Tuve una impresión…’ La revelación se recibe en palabras que sentimos, más bien queoímos(Liahona, enero de 1995, pág. 69).
En un sueño que tuvo el presidente Brigham Young, el profeta José Smith le instruyó que enseñara a los santos que “El Espíritu del Señor… les susurrará paz y gozo a su alma; quitará la malicia, el odio, la contención y todo mal de su corazón; y todo su deseo será hacer lo bueno, establecer la rectitud y edificar el reino de Dios” (Citado en Liahona, julio de 1989, pág. 42; véase también Manuscript History of Brigham Young, 1846–1847, comp. por Elden J. Watson, 1971, pág. 529).

2. Jesús predice Su muerte y Su resurrección.

Juan 16:16–33 
• Después que Jesús enseñó a los apóstoles acerca del Espíritu Santo, les dijo que pronto moriría y resucitaría (Juan 16:16–20), y después les dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz” (Juan 16:33). 
¿Qué piensan que significa tener paz en Él? 
¿Qué podemos aprender de las enseñanzas de Jesús contenidas en el capítulo 16 de Juan que nos ayuden a tener paz en Él? (Véase también Filipenses 4:7–9; D. y C. 59:23.)
• Jesús dijo a Sus apóstoles: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). 
¿Cómo puede el conocimiento de que Jesús ha vencido al mundo ayudarnos a tener confianza cuando nos veamos ante la tribulación? 
¿Por qué es importante tener confianza?

3. Jesús ofrece la gran oración intercesora.

El capítulo 17 de Juan, el cual contiene una oración que ofreció Jesús poco antes de padecer en el Jardín de Getsemaní y en la cruz. A menudo se le llama la gran oración intercesora porque al orar, Jesús intercedió por nuestra salvación ante
nuestro Padre Celestial. Invoque la guía del Espíritu al seleccionar los versículos que leerán y analizarán.
• Al comenzar Su oración, ¿cómo describió Jesús Su misión sobre la tierra? (Véase Juan 17:1–2; véase también Moisés 1:39.) ¿Cómo logró esa misión?
• En Su oración, el Salvador dijo: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). 
¿Por qué es diferente conocer a nuestro Padre Celestial y a Jesucristo a simplemente saber en cuanto a ellos? 
¿Cómo podemos llegar a conocerles? (Véase 1 Juan 4:7–8; Mosíah 5:10–13; Alma 22:18; D. y C. 18:33–36; 132:21–24.)
Si utilizó la actividad para despertar el interés, coloque en el exterior de la segunda caja la tira de palabras que dice Vida Eterna. Pida a un miembro de la clase que lea Doctrina y Convenios 14:7.
• En la primera parte de Su oración, Jesús describió lo que había hecho para cumplir Su misión (Juan 17:4–8). 
¿Cómo damos nosotros un informe a nuestro Padre Celestial? 
¿Cómo afectaría nuestros hechos si todas las noches incluyéramos en nuestras oraciones un informe de nuestro esfuerzo por servirle a Él durante el día?
• Aunque Jesús sabía que en poco tiempo iba a sufrir intensamente, ¿por quién oró? (Véase Juan 17:6–9, 20.) ¿Qué podemos aprender de esto?
• ¿Cómo podemos nosotros, al igual que Jesús y Sus apóstoles, vivir en el mundo y “no [ser] del mundo? (Juan 17.14; véanse también los versículos 15–16).
El élder M. Russell Ballard dijo:
“En la Iglesia a menudo decimos: ‘Debemos estar en el mundo pero no ser del mundo’. Cuando vemos programas de televisión que muestran profanidades, violencia e infidelidad como algo común y hasta atractivo, quisiéramos de alguna manera cerrar la puerta al mundo y aislar a nuestras familias de todo eso…
“Quizás debamos repetir la frase que mencioné anteriormente como dos advertencias separadas: Primero, ‘Estén en el mundo’. Participen: manténganse informados. Traten de entender y tolerar y apreciar a las diferentes personas. Hagan contribuciones significativas a la sociedad por medio del servicio y la participación. Segundo, ‘No sean del mundo’. No sigan las sendas erradas ni se dobleguen para adaptarse o aceptar lo que no está bien.
“Debemos esforzarnos por cambiar las tendencias corruptas e inmorales de la televisión y de la sociedad manteniendo aquello que ofende y envilece fuera de nuestros hogares. A pesar de toda la iniquidad que hay en el mundo y a pesar de toda la oposición a lo que es bueno, que encontramos por todas partes, no debemos tratar de apartarnos ni de apartar a nuestros hijos del mundo. Jesús dijo: ‘El reino de los cielos es semejante a la levadura” (Mateo 13:33). Es nuestro deber mejorar el mundo y ayudar a todos a levantarse por encima de la iniquidad que nos rodea. El Salvador oró al Padre diciéndole:
“‘No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal’ (Juan 17:15)” (véase Liahona, julio de 1989, págs.95–96).
• ¿En qué sentido son “uno” nuestro Padre Celestial y Jesucristo, como se declara en Juan 17:21–22?
Hablando de nuestro Padre Celestial, de Jesucristo y del Espíritu Santo, el presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Ellos son seres individuales, pero son uno en propósito y en obra. Están unidos a fin de llevar a cabo el grandioso y divino plan para la salvación y exaltación de los hijos de Dios… Esta perfecta unidad entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es lo que liga a estos tres personajes en la unidad de la divina Trinidad” (Liahona, enero de 1987, pág. 54).
• ¿Por qué era importante que los apóstoles fueran uno? (Véase Juan 17:22–23.) ¿Por qué necesitamos tener unidad con nuestro Padre Celestial y con Jesucristo, con los demás miembros de la Iglesia y con nuestra familia? ¿Cómo podemos ayudar a incrementar la unidad en esas relaciones? (Véase Juan 17:26; Mosíah 18:21; D. y C. 35:2.)

Conclusión

Pida a los miembros de la clase que piensen en lo que sienten cuando saben que alguien ora por ellos. Pídales que mediten en cuanto a lo que podrían haber sentido de haber estado con Jesús cuando Él ofreció la oración intercesora. Explique que esa oración puede ayudarnos a apreciar el precioso don de la vida eterna que nos ofrece el Salvador. Testifique que seremos bendecidos al esforzarnos por seguir las indicaciones del Espíritu Santo y al tratar de ser uno con nuestro Padre Celestial y con Jesucristo.

Sugerencia adicional para la enseñanza

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilícelo como parte de la lección.

Invitar la presencia del Espíritu.

Con el fin de ayudar a los miembros de la clase a sentir y a reconocer la influencia del Espíritu Santo, hable con varios de ellos con anticipación a la clase, pidiéndoles que escojan una de las presentaciones que se hallan a continuación y que la presenten como parte de la lección:
  1. a. 
    Leer un pasaje favorito de las Escrituras.
  2. b. 
    Expresar su testimonio.
  3. c. 
    Cantar un himno o una canción de la Primaria sobre el tema del Salvador.
  4. d. 
    Expresar su amor por nuestro Padre Celestial y por Jesucristo.
  5. e. 
    Relatar una experiencia espiritual que haya tenido (si es apropiado).
Después que se haya hecho la presentación en la clase, invite a los alumnos a que describan lo que sintieron durante las presentaciones. Lea la declaración del presidente Boyd K. Packer que se encuentra en las páginas 112, y ayude a los alumnos a reconocer los sentimientos que provienen del Espíritu Santo. Hable de lo que usted siente cuando recibe la guía del Espíritu Santo.







Tuesday, September 8, 2015

Capítulo 25: El ayuno...Principios del Evangelio

Desde los tiempos de Adán, el pueblo de Dios ha ayunado con el fin de estar más cerca de Él y adorarlo. Jesús demostró la importancia del ayuno por medio de Su propio ejemplo (véase Lucas 4:1–4). Mediante la revelación de los postreros días, hemos aprendido que el Señor todavía espera que Su pueblo ayune y ore con frecuencia (véase D. y C. 88:76).
=Historia de la Biblia=

Un día en que Jesucristo se reunió con Sus discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos. Un hombre que salió de entre la multitud fue a arrodillarse a los pies de Jesús y le dijo que su hijo había estado enfermo desde hacía años. 
El había pedido a los discípulos de Cristo que lo bendijeran, pero ellos no pudieron sanarlo. 
Con lágrimas en los ojos, aquel padre suplicó a Jesús que sanara a su hijo, pues tenía la convicción de que el joven podía sanar. 
Entonces Jesús bendijo al muchacho enfermo, le tomó de la mano y le levantó, y el muchacho sanó.
Los discípulos se asombraron, y después que el padre se alejó con el muchacho, los discípulos le preguntaron a Jesús por qué razón ellos no habían podido sanar al muchacho. 
Él les contestó que para sanar a aquel muchacho era necesario algo más que la oración: también era indispensable ayunar.
Marcos 9:19-27

El Salvador nos enseñó que el ayuno con un propósito determinado es algo más que abstenerse de comer y de beber; es también concentrarse en asuntos espirituales..

Ayunar significa abstenerse de comer y de beber. El ayunar de vez en cuando es saludable para el cuerpo y ayuda a la mente a estar más activa.

Cuando ayunamos, también debemos orar

La oración es una parte necesaria del ayuno. En las Escrituras, el ayuno y la oración se mencionan juntos. A nuestro ayuno lo debe acompañar la oración sincera, y es necesario que comencemos y terminemos nuestro ayuno con una oración.

Debemos ayunar con un propósito determinado

Un ayuno puede tener varios propósitos. Por medio del ayuno y de la oración, podemos vencer debilidades o encontrar solución a problemas. Algunas veces oramos y ayunamos para pedir ayuda o guía para otras personas, por ejemplo, en beneficio de un familiar que esté enfermo y que necesite una bendición (véaseMosíah 27:22–23). 
Por medio del ayuno llegamos a saber la verdad de las cosas, tal como lo hizo el profeta Alma del Libro de Mormón, quien dijo: “…he ayunado y orado muchos días para poder saber estas cosas por mí mismo. 
Y ahora sé por mí mismo que son verdaderas; porque el Señor Dios me las ha manifestado por su Santo Espíritu…” (Alma 5:46).
Podemos ayunar a fin de ayudar a otros a aceptar la verdad. 
El ayuno puede ayudar a reconfortarnos en tiempos de pesar y duelo (véase Alma 28:4–6). 
El ayuno también nos ayuda a ser humildes y a sentirnos más cerca de nuestro Padre Celestial (véase Helamán 3:35).
El propósito de nuestro ayuno no debe ser el de impresionar a los demás. 
El Señor hizo la siguiente amonestación:
“Cuando ayunéis, no pongáis un semblante como los hipócritas, porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
“Mas tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro,
“para no mostrar a los hombres que ayunas” (Mateo 6:16–18).
Debemos estar contentos cuando ayunamos y no proclamar a los demás que lo estamos haciendo.
  •  
    ¿De qué manera influye en nuestro ayuno la actitud que tengamos al ayunar?

El día de ayuno

Los Santos de los Últimos Días ayunan un domingo al mes y en ese día no ingieren alimentos ni líquidos por dos comidas consecutivas. O sea que desde la comida que ingerimos el sábado, no volvemos a comer ni a beber hasta la comida del día domingo a la misma hora.
Todos los miembros que físicamente puedan hacerlo, deben ayunar. Debemos alentar a nuestros hijos a ayunar después de que hayan sido bautizados, pero nunca debemos forzarlos. 
El día de ayuno es un día especial en el cual nos humillamos ante el Señor en ayuno y oración; es un día en que oramos para pedir perdón por nuestros pecados, para tener el poder que se requiere para vencer nuestras debilidades y para perdonar a los demás.
En el domingo de ayuno, los miembros de la Iglesia se reúnen y participan de la Santa Cena; se fortalecen a sí mismos y los unos a los otros por medio de los testimonios que dan en la reunión de ayuno y testimonio.
  •  
    ¿Cómo le ha beneficiado el dar su testimonio durante la reunión de ayuno y testimonio? ¿En qué le ha beneficiado escuchar a los demás dar su testimonio?

Las ofrendas de ayuno

  •  
    ¿Por qué pagamos ofrendas de ayuno?
Al ayunar cada mes, el Señor nos pide que ayudemos a los necesitados. Un modo de hacerlo es dar por medio de la autoridad pertinente del sacerdocio el dinero que hubiéramos gastado en dos comidas. 
Debemos dar tan generosamente como podamos. Por medio de las ofrendas de ayuno, nos convertimos en copartícipes con el Señor en la tarea de satisfacer las necesidades de nuestros hermanos menos afortunados.

Cuando ayunamos somos bendecidos

  •  
    ¿Qué bendiciones podemos recibir cuando ayunamos de la manera apropiada?
Isaías, un profeta del Antiguo Testamento, escribió acerca de las ricas promesas que el Señor ha hecho para quienes ayunan y ayudan a los necesitados. Se nos prometen paz, una mejor salud y guía espiritual. Isaías nos dice lo que se nos promete cuando ayunamos: “Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salud se manifestará pronto; e irá tu rectitud delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te responderá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí” (Isaías 58:8–9).
El ayuno mejora nuestra vida y nos da fortaleza adicional; nos ayuda a vivir otros principios del Evangelio porque nos acerca más al Señor.

El ayuno nos enseña autocontrol

El ayuno nos ayuda a obtener fortaleza de carácter; cuando ayunamos en forma apropiada, aprendemos a controlar nuestros apetitos y nuestras pasiones. Llegamos a ser un poco más fuertes cuando nos demostramos a nosotros mismos que podemos ejercer autocontrol. 
Si enseñamos a nuestros hijos a ayunar, ellos desarrollarán la fuerza espiritual necesaria para vencer tentaciones más grandes a lo largo de su vida.

El ayuno nos brinda poder espiritual

Cuando ayunamos con prudencia y con espíritu de oración, desarrollamos fe y, con esa fe, tendremos un mayor poder espiritual. Por ejemplo, Alma (un profeta del Libro de Mormón) nos relata la historia de su reencuentro con los hijos de Mosíah muchos años después de su milagrosa conversión. 
Alma sintió un gran gozo cuando supo que ellos habían fortalecido su fe y desarrollado un gran poder espiritual; habían logrado ese poder debido a que “…se habían dedicado a mucha oración y ayuno; por tanto, tenían el espíritu de profecía y el espíritu de revelación…” (Alma 17:3).
Los hijos de Mosíah habían estado predicando por catorce años entre los lamanitas y, debido a que habían ayunado y orado, el Espíritu del Señor aumentó el poder de sus palabras; eso les dio gran éxito en la obra misional. (Véase Alma 17:4).
El Salvador ha dicho a quienes ayunan en forma correcta: “…tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público” (Mateo 6:18).
  •  
    ¿En qué forma incrementa el ayuno nuestro poder espiritual para resistir las tentaciones?, ¿para recibir revelación?, ¿para hacer cosas rectas?

Pasajes adicionales de las Escrituras