Thursday, August 31, 2017

Lección # 28... “Oh Dios, ¿en dónde estás?”, Doctrinas y Convenios y la Historia de la Iglesia


Liberty Jail

Esta lección es acerca de allegarse al Señor en momentos de adversidad para poderla superar. 

Después que los santos fueron expulsados del condado de Jackson a fines de 1833, encontraron refugio en el cercano condado de Clay, hasta que les pidieron que se fueran en 1836. De allí, se mudaron a unos 75 kilómetros al norte y establecieron la localidad de Far West y otros poblados más pequeños a los alrededores.
La Iglesia prosperó por algún tiempo en el norte de Misuri. La población creció rápidamente y se dedicaron sitios para templos en Far West y en Adán-ondi- Ahmán. Sin embargo, seguían los conflictos entre algunos de los santos y varios líderes fueron excomulgados, entre ellos Oliver Cowdery y David Whitmer.
Además de la disensión que había entre algunos miembros de la Iglesia, existían todavía conflictos con otros residentes del norte de Misuri. En 1838, los populachos y militares comenzaron de nuevo los ataques. El 25 de octubre, tres miembros de la Iglesia fueron muertos durante una batalla en el río Crooked, entre ellos un Apóstol, el élder David W. Patten. Dos días después, el gobernador Lilburn W. Boggs de Misuri dictó una orden en la que decía: “Debemos tratar a los mormones como enemigos y es preciso exterminarlos o expulsarlos del estado” .
El 30 de octubre, una turba integrada por aproximadamente 200 hombres mató a 17 hombres y muchachos en Haun’s Mill. Al día siguiente, José Smith y unos 50 líderes más de la Iglesia fueron arrestados bajo acusaciones falsas. La mayoría de ellos quedaron libres en el transcurso de tres semanas. Sin embargo, seis de ellos, entre los que se encontraba José Smith y su hermano Hyrum, quedaron detenidos a pesar de su inocencia. En noviembre los trasladaron primero a Independence, después a Richmond y luego a Liberty, donde permanecieron presos en la cárcel de Liberty hasta abril de 1839.
Las condiciones de la cárcel de Liberty eran terribles. A los prisioneros los tenían encarcelados en el sótano, que era como una mazmorra, oscura, fría e insalubre. La comida era insuficiente y repulsiva. El Profeta y sus compañeros sólo tenían un poco de paja y el piso de piedra por cama, y unas escasas frazadas para taparse. El techo era tan bajo que algunos de los hermanos, entre ellos José y Hyrum, no podían erguirse. Además, estaban permanentemente bajo amenaza de muerte.
Mientras el Profeta estaba preso, unos ocho mil santos de Misuri fueron forzados a dejar sus hogares como resultado de la orden de exterminio del gobernador. A muchos de ellos las turbas los robaron, los golpearon y los mataron mientras huían al estado de Illinois. Al llegar a oídos del Profeta el sufrimiento de los santos, oró pidiendo ayuda al Señor. En respuesta, el Señor le dio algunas revelaciones extraordinarias, las cuales el Profeta adjuntó a una carta que escribió a los líderes de la Iglesia en Quincy, estado de Illinois, quienes estaban dirigiendo el éxodo de los santos de Misuri. Partes de esas revelaciones pasaron a formar las secciones 121, 122 y 123 de Doctrina y Convenios.

1. La oración de José Smith en la cárcel de Liberty y la respuesta del Señor.

• En D. y C. 121:1–6  Indican acerca de los sentimientos y los pensamientos que embargaban a José Smith en ese momento.
• La respuesta del Señor a la oración de José Smith se registra en D. y C. 121:7–33 y D. y C. 122. y  D. y C. 121:7–10 
Estas revelaciones “hicieron que por algún tiempo la cárcel de Liberty se convirtiera en un centro de instrucción. Mientras el Profeta estuviera allí, los santos verían ese lugar como un templo más que como una cárcel, un lugar del cual provenía aliento y consuelo: la palabra del Señor. Era un lugar de meditación y de oración…

2. La comprensión perfecta del Salvador acerca de nuestros sufrimientos y tribulaciones.

• Piensen en sus propias tribulaciones mientras  lee D. y C. 122:5–8. ¿De qué manera el Salvador “ha descendido debajo de todo ello”? (Véase Alma 7:11–12D. y C. 19:16–19.)
En virtud de que el Salvador descendió debajo de todas las cosas, Él tiene una comprensión perfecta de todas nuestras tribulaciones. El élder Neal A. Maxwell, del Quórum de los Doce, al hablar sobre el supremo sacrificio del Salvador, dijo:
“Como parte de Su expiación infinita, Jesús… sobrellevó los pecados, los pesares, las aflicciones y, dijo Jacob, sufrió los dolores de todos los hombres, mujeres y niños (2 Nefi 9:21). Habiéndose perfeccionado en Su amor por nosotros, Jesús sabe cómo socorrernos… Nada trasciende el alcance de Su redención ni el círculo de Su amor. Por consiguiente, no nos quejemos de que nuestra vida no sea como un jardín de rosas ¡al recordar quién llevó la corona de espinas!” 
• ¿Es posible experimentar alguna prueba en la cual el Salvador no nos pueda consolar? (Véase Hebreos 4:15.) 
• Para sentir más plenamente todo el consuelo y la fortaleza que Jesús ofrece por medio de Su expiación (Véase Hebreos 4:161 Pedro 5:6–11.) 

3. Los propósitos de la adversidad.

La adversidad es parte del plan que Dios tiene para que seamos probados y progresemos durante nuestra vida terrenal. Vinimos a la tierra sabiendo que experimentaríamos dolor, tribulaciones y otras clases de dificultades.
El profeta José Smith experimentó tantas aflicciones que dijo: “[ellas] han sido mi suerte común en todos los días de mi vida… y, como Pablo, siento deseos de gloriarme en la tribulación” (D. y C. 127:2). Además del consuelo y los consejos que el Señor le dio al Profeta en la cárcel de Liberty, hubo muchas otras ocasiones en las que le enseñó acerca de la adversidad y esas enseñanzas registradas en Doctrina y Convenios constituyen el enfoque del resto de la lección.
• El Señor reveló en Doctrina y Convenios acerca de los propósitos de la adversidad.
  1. a. 
    D. y C. 98:12, 14–15101:4136:31. (El Señor permite que pasemos tribulaciones en la vida con el objeto de ponernos a prueba y saber si permaneceremos en Su convenio.) ¿Por qué desea el Señor que los de Su pueblo “sean probados en todas las cosas”?
  2. b. 
    D. y C. 101:1–2. (Algunas aflicciones que padecemos son el resultado de nuestras transgresiones.)
  3. c. 
    D. y C. 122:7. (El Señor permite que padezcamos tribulaciones para que éstas nos sirvan de experiencia y nos ayuden a progresar.)
• ¿Por qué el comprender los propósitos que tiene la adversidad nos ayuda a sobrellevarla bien? (Véase D. y C. 121:8.)
• Muchas personas creen equivocadamente que todas las aflicciones y castigos provienen de Dios. Es peligroso tener esa creencia aun y los justos no están libres de la adversidad.
Aun cuando la transgresión es uno de los orígenes de las tribulaciones, no es la única causa. Aun los justos sufren adversidades ya que “es preciso que haya una oposición en todas las cosas” (2 Nefi 2:11). Algunas desgracias son la consecuencia natural de lo delicado y corruptible que es nuestro cuerpo terrenal. Algunas son el resultado de accidentes; de nuestras decisiones, que no necesariamente tienen que ser transgresiones; y de las decisiones de otras personas: situaciones de las cuales Dios puede protegernos pero que en ocasiones no lo hace porque “la ley básica del Evangelio es el libre albedrío y el desarrollo eterno”. La adversidad surge también para “que se cumplan los propósitos del Señor de que seamos refinados por las pruebas”.
Mientras prestaba servicio en el Quórum de los Doce, el élder Harold B. Lee dijo que “el vivir el Evangelio de Jesucristo no es ninguna garantía de que nunca habrá adversidad en la vida; no obstante, el vivirlo sí nos brinda la fortaleza, la fe y el poder para elevarnos por encima de ella y mirar más allá de la tragedia que nos aflija en ese momento hacia un nuevo y brillante día”.

4. El consejo del Señor a quienes experimentan tribulaciones.

• Según lo registrado en Doctrina y Convenios, El Señor nos aconsejó  para ayudarnos en momentos de adversidad.
  1. a. 
    D. y C. 24:831:954:10121:7. (Ser pacientes en las aflicciones; ellas “no serán más que por un breve momento”; véase también Alma 17:11.) 
  2. b. 
    D. y C. 98:1. (Regocijarnos y dar gracias.)
  3. c. 
    D. y C. 98:11. (Debemos permanecer obedientes y allegarnos “a todo lo bueno”.)
  4. d. 
    D. y C. 101:36–38. (Debemos cuidar del alma y no del cuerpo, y buscar al Señor.) 
  5. e. 
    D. y C. 122:9. (No debemos temer a lo que pueda hacer el hombre, porque Dios estará con nosotros para siempre jamás; véase también D. y C. 98:13.)
• Algunas personas quedan amargadas por las tribulaciones pero podemos enfrentar mejor nuestras adversidades? (Véase Alma 62:49–51.) 
• Obtenemos provecho al prestar servicio a los demás aun cuando nos hallemos en medio de nuestras propias aflicciones (Véase Lucas 9:24Gálatas 6:2.)
•Si empezamos a sentirnos desesperados y sin esperanza a causa de la adversidad escuchemos el consejo del Señor: (Alma 36:3 Y ahora bien, ¡oh mi hijo Helamán!, he aquí, estás en tu juventud, y te suplico, por tanto, que escuches mis palabras y aprendas de mí; porque sé que quienes pongan su confianza en Dios serán sostenidos en sus tribulaciones, y sus dificultades y aflicciones, y serán enaltecidos en el postrer día.

5. Las promesas del Señor a quienes sean fieles durante la adversidad.

• Las promesas que nos ha hecho el Señor si permanecemos fieles durante nuestras tribulaciones.
  1. a. 
    D. y C. 3:824:8112:13122:4. (El Señor estará con nosotros, nos amparará y nos sanará en nuestras aflicciones; véase también Jacob 3:1Mosíah 24:13–14Alma 36:27.) 
  2. b. 
    D. y C. 58:2–4101:35–36103:12121:29127:4;136:31. (Quienes se mantengan fieles a pesar de sus tribulaciones recibirán gloria, gozo y otras bendiciones.)
  3. c. 
    D. y C. 98:3122:7. (Todas las cosas obrarán juntamente para nuestro bien y para la gloria del Señor; véase también D. y C. 90:24100:152 Nefi 2:2;Romanos 8:28.) 
El élder James E. Faust, mientras prestaba servicio en el Quórum de los Doce, dijo: “En el dolor, la agonía y en el heroico esfuerzo de vivir, pasamos por el fuego purificador, y aquellas insignificancias de nuestra vida se derretirán como escoria y harán que nuestra fe brille intacta y fuerte… Es por la purificación resultante de nuestros sufrimientos que nos acercamos a Dios, y en las agonías de la vida, parecer ser que escuchamos mejor el dulce y piadoso susurro del Divino Pastor” .
El élder Marion G. Romney, del Quórum de los Doce, dijo:
“He visto el remordimiento y la desesperación en la gente que, en momentos de tribulación, han maldecido a Dios y muerto espiritualmente.
Como así también he visto cómo otras personas se han elevado de lo que parecían ser pruebas imposibles de sobrellevar.
“Finalmente, he buscado al Señor durante mis propias aflicciones y aprendido por mí mismo que mi alma se engrandecía como nunca antes al caer de rodillas por causa de la adversidad y la aflicción”.
d. D. y C. 121:8127:2. (Quienes sean fieles en sus aflicciones serán exaltados.)
• ¿Qué podemos hacer durante los tiempos de tribulación para sentir más plenamente la paz de la que el Señor habla en D. y C. 121:7? (Véase también D. y C. 19:23.)
Con anterioridad a su encarcelamiento en Liberty, durante casi dos semanas, José Smith y sus compañeros fueron encadenados juntos bajo vigilancia, en una vieja casa deshabitada en Richmond, Misuri.

Conclusión

En abril de 1839, después de haber pasado el Profeta y sus compañeros casi cinco meses en la cárcel de Liberty, fueron enviados al condado de Daviess y luego al condado de Boone para ser juzgados por un tribunal. Mientras los trasladaban al condado de Boone, los guardias los dejaron escapar en virtud de que algunos oficiales de gobierno habían llegado a la conclusión de que no serían procesados satisfactoriamente. José Smith y otros prisioneros se dirigieron entonces a Illinois, donde se reunieron con sus familias y el resto de los santos.




Tuesday, August 22, 2017

Lección # 27...“…es preciso que sean disciplinados y probados, así como Abraham”, Doctrinas y Convenios y la Historia de la Iglesia

persecution in Missouri
• ¿Qué pensarían si se les pidiera que dejaran a su familia y caminaran 1.600 kilómetros bajo penosas condiciones para ayudar a miembros de la Iglesia que se encuentran en un lugar donde hay un ambiente hostil? 
¿Qué sacrificios tendrían que hacer? 
¿Qué pensarían si al llegar a destino les dijeran que tienen que regresar sin haber hecho nada para ayudar?
José Smith organizó el Campo de Sión cuando a los santos del condado de Jackson, Misuri, se les echó de sus casas. Éste estaba compuesto por 207 hombres, los cuales marcharon casi 1.600 kilómetros, desde el estado de Ohio, con el fin de ayudar a esa gente. Las preguntas hechas anteriormente nos ayudan a comprender algunos de los graves problemas que enfrentaron los miembros del Campo de Sión.

1. Los santos se establecen en el condado de Jackson, Misuri, pero más tarde son expulsados de él.

Desde 1831 hasta 1838, la Iglesia tuvo dos centros poblados: uno en Kirtland, Ohio, y el otro en la zona occidental del estado de Misuri. En ambos lugares estaban ocurriendo sucesos importantes.
En julio de 1831, José Smith hizo su primer viaje a Misuri. Allí recibió una revelación en la que se señalaba a Misuri como el sitio para la ciudad de Sión, con Independence como el lugar central (D. y C. 57:1–3). El 2 de agosto, Sidney Rigdon dedicó la tierra para el recogimiento de los santos y, al día siguiente, el profeta José Smith dedicó el sitio para el templo en Independence.
Los miembros de la Rama Colesville, de Nueva York, fueron los primeros santos que se establecieron en Misuri y al poco tiempo otros les siguieron, ansiosos por ayudar en la edificación de la ciudad de Sión (D. y C. 63:24, 36). Para 1832, había más de 800 santos congregados en cinco ramas tanto en Independence como en los lugares vecinos del condado de Jackson.
Los santos de Jackson disfrutaron de una época de paz y optimismo. Sin embargo, a finales de 1832 surgieron problemas cuando varios de ellos comenzaron a no querer aceptar la autoridad de los líderes locales de la Iglesia, mientras otros criticaban al profeta José, que había regresado a Kirtland. Algunos miembros eran contenciosos, envidiosos, egoístas y descreídos.
Además, la tensión existente entre los miembros y los demás colonos de la zona iba cada vez en aumento. El 20 de julio de 1833, los conflictos llegaron a la violencia. 
Entre julio y noviembre de 1833, las persecuciones en contra de los santos se intensificaron. Los populachos quemaron las cosechas, destruyeron las casas, azotaron y golpearon a los hombres y aterrorizaron a las mujeres y a los niños.
El 4 de noviembre, cerca del río Big Blue, la chusma entabló una batalla contra un pequeño grupo de hombres y muchachos Santos de los Últimos Días. Durante dos días, más de mil santos fueron expulsados del condado de Jackson bajo un frío terrible; en la indigencia, la mayoría de ellos cruzó el río Misuri y buscó refugio temporario en el condado de Clay.

2. El Señor da instrucciones a los santos que fueron expulsados del condado de Jackson.

Cuando José Smith se enteró en Kirtland de los problemas que había en Misuri, se sintió sumamente afligido y oró por la redención de Sión y recibió la revelación que constituye ahora D. y C. 101.
• Las razones que dio el Señor por permitir que los santos de Misuri sufrieran tantas aflicciones se encuentran en los versículos que se dan a continuación.
  1. a. 
    D. y C. 101:2, 6; véase también D. y C. 103:4. (Por motivo de sus transgresiones.)
  2. b. 
    D. y C. 101:4. (Porque era preciso que fueran “disciplinados y probados, así como Abraham”.) ¿Con qué propósito disciplina el Señor a Su pueblo? (D. y C. 95:1105:6Helamán 12:3Hebreos 12:11.) 
  3. c. 
    D. y C. 101:7–8. (Porque algunos de los santos fueron lentos en escuchar al Señor.) En ocasiones olvida la gente a Dios y hace caso omiso de Su consejo “en los días de paz".
• Luego de haberlos disciplinado, el Señor demostró su  compasión por los santos.
  1. a. 
    D. y C. 101:9. (Prometió que no los desecharía y sería misericordioso “en el día de la ira”.)
  2. b. 
    D. y C. 101:10. (Prometió que Su indignación caería sobre los enemigos de ellos.)
  3. c. 
    D. y C. 101:11–15. (Prometió salvar, congregar y consolar a Sus santos.)
  4. d. 
    D. y C. 101:16–19. (Prometió que Sión sería redimida en el futuro.)
• En D. y C. 101:35–38  Aprendemos  como mantener nuestra vida terrenal en su verdadera perspectiva.

3. El Campo de Sión se organiza y marcha a Misuri.

Después de que los santos fueron expulsados del condado de Jackson, ellos le pidieron al gobernador de Misuri, el señor Daniel Dunklin, que los ayudara a recuperar sus casas y que les brindara protección. El gobernador dijo que estaba dispuesto a ayudar a los santos si ellos organizaban un grupo de hombres para su propia protección.
En febrero de 1834, José Smith, estando en Kirtland, Ohio, se enteró de esa oferta y organizó entonces un grupo de hombres para recorrer casi 1.600 kilómetros con el fin de rescatar a los santos de Misuri, ayudarlos a regresar a sus tierras y protegerlos después. La revelación que se recibió dando instrucciones para esa campaña, a la cual se llamó el Campo de Sión, se registra en D. y C. 103.
• Tal como se lo indicó el Señor en la revelación registrada en D. y C. 103, José Smith organizó el Campo de Sión para ayudar a los santos del condado de Jackson a recuperar sus casas y sus tierras. El resultado del Campo de Sión en lo que se refiere a ese propósito,  viajó casi 1.600 kilómetros hasta el río Fishing, cerca del condado de Jackson, el Señor reveló a los santos que debían esperar para la redención de Sión. Poco después, el Profeta disolvió el campo.
• Cuando Brigham Young regresó a Kirtland del Campo de Sión, le preguntaron: “¿Qué ganaron con esa jornada?” Él contestó: “Exactamente lo que habíamos ido a obtener… No cambiaría el conocimiento que recibí en esa experiencia por toda la fortuna de [este] condado” 
Algunos de los propósitos importantes que se lograron por medio del Campo de Sión se incluye en la lista que sigue a continuación.
  1. a. 
    Fortaleció a los participantes mediante varias manifestaciones milagrosas del poder del Señor
  2. b. 
    Dio a sus participantes la oportunidad de probar su fe, demostrando que obedecerían al Señor y sacrificarían todo, aun sus propias vidas si fuera necesario, para cumplir con Su voluntad.
  3. c. 
    Sirvió como campo propicio para determinar quiénes tenían la fidelidad para prestar servicio en cargos de liderazgo dentro de la Iglesia.
  4. d. 
    Proveyó a los participantes la oportunidad de tener un trato cercano con el Profeta y aprender de él, lo cual los preparó para desempeñar futuras responsabilidades de liderazgo.
Mientras algunas personas pensaron que el Campo de Sión había sido un fracaso, el haber logrado esos propósitos fue de gran importancia para la Iglesia. El Campo de Sión es un ejemplo de cómo en ocasiones los propósitos de Dios se cumplen de una forma que muchas veces no comprendemos en el momento.
En febrero de 1835, cinco meses después de la disolución del Campo de Sión, se organizaron el Quórum de los Doce Apóstoles y el Primer Quórum de los Setenta. Nueve de los Doce Apóstoles y todos los 70 miembros del Quórum de los Setenta habían participado en el Campo de Sión. José Smith habló en estos términos sobre la forma en que el campo había ayudado a preparar a esos líderes:
“Hermanos, sé que algunos de vosotros os halláis enfadados conmigo porque no peleamos en Misuri, pero permitidme deciros que Dios no quiso que lo hiciéramos. Él no podría organizar Su reino con doce hombres para abrir las puertas de las naciones de la tierra al Evangelio, y con setenta hombres bajo Su dirección que siguieran su camino, a menos que los eligiera de un grupo de hombres que hubieran ofrecido dar su vida y hecho un sacrificio tan grande como el de Abraham”
La vida de George A. Smith demuestra cómo el Campo de Sión preparó a los hombres para el liderazgo futuro de la Iglesia. A la edad de 16 años, él era el más joven del campo, además de inexperto y sin mucha confianza en sí mismo. Sin embargo, a pesar de la falta de comodidades y de las protestas de muchos de los hombres acerca de las malas condiciones, George siguió con buena disposición todas las instrucciones de José Smith. El dormir en la misma tienda de campaña que él le brindó la oportunidad de escuchar el consejo y las instrucciones del Profeta y, como consecuencia de ese trato tan cercano, adquirió habilidades de liderazgo y obtuvo la fortaleza que lo preparó para toda una vida de liderato. Casi cinco años después del Campo de Sión, George A. Smith fue ordenado Apóstol y más tarde prestó servicio con Brigham Young en la Primera Presidencia.
  1. a. 
    Una comprensión del propósito de las pruebas. ¿Cuáles son algunas de las pruebas relacionadas con el Campo de Sión? ¿Qué nos enseña el Campo de Sión sobre el propósito de las tribulaciones en nuestra vida? (Véase D. y C. 103:12.)
  2. b. 
    La importancia de la obediencia. ¿Qué nos enseña el Campo de Sión acerca de la obediencia? (Véase D. y C. 103:7–10, 36.)
  3. c. 
    La necesidad de estar dispuestos a sacrificar todo por el Señor. ¿Qué nos enseña el Campo de Sión sobre el sacrificio? (Véase D. y C. 103:27–28.) ¿Por qué el Señor requiere que estemos dispuestos a sacrificar todo por Él? ¿Qué podemos hacer para cultivar esa disposición? ¿De qué modo podemos demostrar ahora esa buena disposición?
  4. d. 
    La importancia de estar unidos en la obra del Señor. Indique que aun cuando sean sólo algunos pocos los que murmuren y se rebelen, todo el grupo se debilita.
  5. e. 
    La importancia de apoyar al Profeta y de seguir su consejo aun cuando sea difícil o no comprendamos plenamente la razón para ello.

4. El Señor revela que Su pueblo debe esperar “un corto tiempo la redención de Sión”.

El Señor había prometido redimir a Sión y restaurar a Su pueblo las tierras del condado de Jackson, Misuri, que les habían pertenecido. Sin embargo, esa promesa estaba condicionada a la obediencia de los santos (D. y C. 103:5–8, 11–14). De la misma forma que el antiguo Israel no pudo entrar en la tierra prometida por 40 años a causa de su desobediencia, el Señor reveló que el Israel moderno tendría que esperar “un corto tiempo” la redención de Sión debido a la desobediencia y a la disensión de algunos santos (D. y C. 105:9, 13).
• Lea D. y C. 105:1–13  Algunos de los requisitos que el Señor dio para el establecimiento final de Sión fueron:
  1. a. 
    Los santos deben aprender obediencia (D. y C. 105:3, 6; véase también el vers. 37).
  2. b. 
    Deben cuidar de los pobres y de los afligidos (D. y C. 105:3).
  3. c. 
    Deben estar “unidos conforme a la unión que requiere la ley del reino celestial” (D. y C. 105:4; véase también el vers. 5).
  4. d. 
    Deben ser instruidos con mayor perfección, adquirir más experiencia y saber más cabalmente lo concerniente a sus deberes (D. y C. 105:10).
  5. e. 
    Deben ser investidos con poder de lo alto (D. y C. 105:11–12; véase también el vers. 33).
• En D. y C. 105:38–40, el Señor aconsejó a los santos procurar la paz, aun con los que los habían perseguido. En recompensa, Él prometió que “todas las cosas obrarán juntamente para vuestro bienestar” (D. y C. 105:40). ¿Qué bendiciones han recibido al aplicar ese consejo de procurar la paz?
Repaso y notas adicionales:
  • Enero de 1831: Los primeros misioneros llegaron a Misuri.
  • Julio de 1831: El Señor indicó que Misuri sería el sitio para la ciudad de Sión.
  • Agosto de 1831: José Smith dedicó el sitio del templo en Independence, Misuri.
  • Julio de 1833: El populacho atacó a los santos de Independence, Misuri.
  • Noviembre de 1833: Tuvo lugar la batalla de Big Blue. Expulsaron a los santos del condado de Jackson y éstos buscaron refugio en el condado de Clay, Misuri.
  • Mayo–Junio de 1834: El Campo de Sión marchó desde Kirtland, Ohio, hasta el condado de Clay, Misuri.
  • Junio de 1836: Los habitantes del condado de Clay pidieron a los santos que abandonaran el lugar.
  • Septiembre de 1836: Los santos comenzaron a mudarse a Far West y a otros lugares que más tarde se convirtieron en los condados de Caldwell y Daviess, Misuri.
  • Marzo de 1838: José Smith y su familia llegaron a Far West, Misuri, huyendo de los populachos de Kirtland, Ohio.
  • Octubre de 1838: Tuvo lugar la batalla del río Crooked. El gobernador Boggs de Misuri expidió la orden de exterminio.
  • Octubre de 1838–abril de 1839: José Smith y otros líderes de la Iglesia permanecieron prisioneros en Misuri.
  • Abril de 1839: Los santos huyeron de Misuri a Illinois.
  •  Las instrucciones del Señor a los santos exiliados

    Después de que los santos fueron expulsados del condado de Jackson, el Señor les dio instrucciones específicas acerca de lo que debían hacer. Si lo desea, repase las instrucciones siguientes:
    1. a. 
      Procurar la redención de Sión (D. y C. 101:43–62). Con la parábola registrada en estos versículos, el Señor recordó a los santos que la desobediencia los había debilitado y había permitido que sus enemigos los dominaran. Sin embargo, Él les aseguró que Sión sería redimida en Su momento.
    2. b. 
      Seguir la obra del recogimiento (D. y C. 101:63–75). Aun cuando el lugar central de Sión había caído en manos del enemigo, el Señor dejó bien claro que los santos debían continuar recogiéndose en los sitios que Él había nombrado (vers. 67). En nuestra época, esos sitios son las estacas de Sión de todo el mundo. Nuestro cometido es hacer que nuestras estacas sean “lugares santos” (D. y C. 101:21–22).
    3. c. 
      Insistir que se haga justicia (D. y C. 101:76–95). A los santos se les mandó presentar demandas formales pidiendo indemnización y justicia. Bajo la constitución de los Estados Unidos, tenían el derecho de libertad de culto y de propiedad, y esos derechos se habían violado en el estado de Misuri. Los santos siguieron el consejo del Señor y procuraron que se les hiciera justicia tanto a nivel local, como estatal y nacional. Al negárseles ayuda, ellos dejaron la responsabilidad de juzgarlos en manos del Señor y siguieron adelante.
    4. d. 
      Reclamar y retener los derechos de sus propiedades en el condado de Jackson (D. y C. 101:96–101).

    .

Conclusión

El Señor ha prometido que Sión será redimido y nos ha dicho qué debemos hacer para prepararnos para ese día. Hoy de todo corazón debemos procurar edificar Sión en nuestra familia y en nuestra estaca.