Friday, April 10, 2015

A ti te daré las llaves del reino de los cielos...Lección # 13 del Nuevo Testamento

Actividad para despertar el interés:

Relate la siguiente historia:                                                                                                                     Hace muchos años, el presidente Spencer W. Kimball y varios líderes de la Iglesia visitaron la pequeña catedral en Copenhague, Dinamarca, en donde se encuentran las famosas estatuas de Jesucristo y los Doce Apóstoles creadas por Bertel Thorvaldsen. Hablando de dicha experiencia, el élder Rex D. Pinegar dijo: “Al observar detenidamente estas maravillosas obras de arte, advertimos que la escultura de Pedro le muestra sosteniendo en sus manos grandes llaves… Al aprestarnos para salir de la Catedral, vimos que el conserje… se encontraba parado cerca de la puerta aguardando nuestra salida. El presidente Kimball le estrechó la mano, le agradeció por la amabilidad de habernos dejado visitar la Catedral, y después comenzó a darle una explicación de la Iglesia establecida por Jesucristo, y de la importancia que ésta tiene para nosotros… Llamando a su lado al presidente Tanner, el élder Monson y el élder Packer, continuó diciendo: ‘Nosotros somos Apóstoles vivientes del Señor Jesucristo. Contamos con Doce Apóstoles y tres integrantes de la Presidencia de la Iglesia. Somos poseedores de las llaves, al igual que Pedro, y las usamos a diario” (Liahona, febrero de 1977, pág. 30).

En esta lección se hablará de las llaves del sacerdocio y de la forma en que las recibió Pedro en el Monte de la Transfiguración.

Análisis y aplicación de las Escrituras

Busquen el mapa de Palestina en la Guía para el Estudio de las Escrituras, los contecimientos que se mencionan en esta lección ocurrieron en Tiro, Sidón, Decápolis y Cesarea de Filipo, como consecuencia de Sus viajes en esa región, Jesús tuvo contacto con muchos gentiles (no israelitas).

1. Jesús sana a la hija de un gentil y alimenta a más de cuatro mil personas.

Mateo 15:21–39.  21 Y saliendo Jesús de allí, se fue a las regiones de Tiro y de Sidón.

 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquellos alrededores clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio.
 23 Pero él no le respondió palabra. Entonces, acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros.
 24 Y él, respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
 25 Entonces, ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!
 26 Y respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.
 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores.
 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija quedó sanada desde aquella hora.
• La mujer cananea, le pidió a Jesús que sanara a su hija pero Jesús no le otorgó su deseo inmediatamente porque no era judía, y las bendiciones del Evangelio debían ofrecerse a los judíos antes que a los gentiles. ¿Por qué Jesús sanó finalmente a la hija de la mujer? (Véase Mateo 15:28.) Podemos aprender de esa mujer que las personas que no cuenten con la plenitud del Evangelio pueden, de cualquier manera, tener una gran fe, y que no debemos perder la fe cuando no recibimos ciertas bendiciones con la premura que quisiéramos.
• El Salvador se alejó del Mar de Galilea y viajó a través de Decápolis (Marcos 7:31), una región que quedaba al este del Mar de Galilea, en donde vivían muchos gentiles. ¿Qué hizo el Señor para mostrar compasión por los habitantes de esos lugares? (Mateo 15:29–31.) 
 29 Y partiendo Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí.
 30 Y vino a él mucha gente que tenía consigo cojos, ciegos, mudos, mancos y muchos otros enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y él los sanó;
 31 de manera que la gente se maravillaba viendo a los mudos hablar, a los mancos quedar sanos, a los cojos andar y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.
¿Cómo reaccionó la multitud? (Mateo 15:31.) ¿Qué milagros de nuestros días les han impulsado a glorificar a Dios?
• La multitud se quedó con Jesús tres días, y cuando era hora de que partiera, Jesús no quiso despedirlos con hambre. ¿Qué milagro hizo por ellos? (Mateo 15:32–38.)
32 Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas, para que no desmayen por el camino.
 33 Entonces sus discípulos le dijeron: ¿Dónde podríamos conseguir nosotros tantos panes en el desierto para saciar a una multitud tan grande?
 34 Entonces Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos.
 35 Y mandó a la gente que se recostase en tierra.
 36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la gente.
 37 Y comieron todos y se saciaron; y de lo que sobró de los pedazos recogieron siete cestas llenas.
 38 Y los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
 39 Entonces, una vez despedida la gente, Jesús subió a la barca y fue a la región de Magdala.
Este milagro fue diferente del que hizo cuando alimentó a los cinco mil (Mateo 14:15–21) porque muchas de estas personas eran gentiles. El élder Bruce R. McConkie explicó que cuando alimentó a los cinco mil, Jesús estaba “estableciendo el fundamento para su incomparable sermón sobre el pan de vida” (Juan 6:22–69; véase la lección 12). Al alimentar posteriormente a los cuatro mil, Jesús simbólicamente enseñó que en el futuro se ofrecería el pan de vida a las naciones gentiles. (Doctrinal New Testament Commentary, 3 tomos, 1966–1973, tomo 1, pág. 375.)

2. A Pedro se le prometen las llaves del Reino Mateo 16:13–19.

  13 Y al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
 14 Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas.
15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
 16 Respondió Simón Pedro y dijo: ¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!
 17 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
 18 Mas yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos.
• Jesús partió de Decápolis y fue a la región de Cesarea de Filipo, y allí preguntó a Sus discípulos: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” (Mateo 16:15). ¿Cuál fue la respuesta de Pedro? (Véase Mateo 16:16.) ¿De dónde procedía el testimonio de Pedro? (Véase Mateo 16:17.) ¿Qué nos enseña este relato en cuanto a nuestro testimonio?
Jesús le dijo a Pedro: “…sobre esta roca edificaré mi Iglesia” (Mateo 16:18). El profeta José Smith enseñó que la roca a la que se refería Jesús es la revelación (Enseñanzas del Profeta José Smith, comp. de Joseph Fielding Smith, 1976, pág. 335). ¿Por qué es la revelación la base de la Iglesia del Señor?
• El Salvador prometió darle a Pedro las “llaves del reino de los cielos” (Mateo 16:19). ¿Cuáles son esas llaves y por qué son necesarias? (Véase D. y C. 128:9–10; 132:46.) ¿Quién las posee en la actualidad?
El presidente Joseph F. Smith enseñó:
“En general, el sacerdocio es la autoridad dada al hombre para obrar por Dios. Dicha autoridad se delega a todo aquel a quien se confiere cualquier grado del sacerdocio.
“Pero es necesario que todo acto efectuado bajo esta autoridad se haga en el momento y lugar apropiados, en la manera debida y de acuerdo con el orden correcto. El poder de dirigir estas obras constituye lasllaves del sacerdocio. Sólo una persona a la vez, el Profeta y Presidente de la Iglesia, posee estas llaves en su plenitud. Puede delegar cualquier porción de este poder a otro, y en tal caso dicha persona posee las llaves de esa obra particular” (Doctrina del Evangelio, 1978, pág. 131).
• ¿Por qué es una parte esencial de nuestro testimonio la convicción de que el profeta posee estas llaves?

3. Jesús es transfigurado en la presencia de Pedro, Santiago y Juan... Mateo 17:1–9

Aproximadamente una semana después que se le prometió a Pedro que él recibiría las llaves del reino, él, Jacobo (Santiago) y Juan fueron testigos de la Transfiguración del Salvador y recibieron llaves y conocimiento importantes. Ese fue uno de los acontecimientos más importantes del Nuevo Testamento. Ayudó a preparar a Jesús para la Expiación y fortaleció a los tres apóstoles para las responsabilidades adicionales que pronto recibirían como líderes de la Iglesia.
• ¿Qué significa la palabra transfiguración? Es un cambio temporario en la apariencia y naturaleza de una persona; una transformación a un estado más glorificado. Se lleva a cabo mediante el poder de Dios. (D. y C. 67:11; Moisés 1:11.)
• Según Mateo 17:1–5, Cuando Jesús, Pedro, Jacobo (Santiago) y Juan estaban sobre el Monte de la Transfiguraciónsucedió que;..
a. El rostro de Jesús resplandeció como el sol, y su ropa se volvió sumamente blanca y brillante.
  1. b. 
    Aparecieron Moisés y Elías (Elías el profeta).
  2. c. 
    “Una nube de luz los cubrió”, y escucharon la voz del Padre dar testimonio de Su Hijo.
Nótese que el nombre Elías se usa de diversas maneras en las Escrituras. En Mateo 17:3–4 es el equivalente griego del nombre de Elías el profeta. En otros lugares (tales como en Mateo 17:10–13), es un título que describe a alguien que es un precursor o preparador.
Los profetas de los últimos días han enseñado más en cuanto a lo que sucedió en el Monte de la Transfiguración:
a. Pedro, Santiago y Juan vieron una visión de la transfiguración de la tierra en la Segunda Venida del Salvador (D. y C. 63:20–21).
  1. b. 
    Fueron transfigurados ante Cristo (Teachings of the Prophet Joseph Smith, pág. 158).
  2. c. 
    Se les enseñó en cuanto a la muerte y la resurrección del Salvador (Traducción de José Smith, Lucas 9:31 [en inglés]).
  3. d. 
    Recibieron de Jesús, de Moisés y de Elías el profeta las llaves del sacerdocio que necesitarían para gobernar la Iglesia después de la muerte del Salvador (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 184; Joseph Fielding Smith, Doctrina de Salvación, 3 tomos, 1979, tomo 2, págs. 102–103).
• En 1836, Moisés y Elías el profeta regresaron de nuevo a la tierra. Colocaron las manos sobre José Smith y sobre Oliver Cowdery para restaurar las mismas llaves que se habían entregado a Pedro, a Santiago y Juan.
Las llaves que restauró Moisés son las llaves del recogimiento de Israel  (D. y C. 110:11.
Las llaves que restauró Elías el profeta son las llaves del poder del sellamiento (D. y C. 110:13–16. 
Estas llaves se utilizan en la actualidad, en la obra misional y en la obra del templo, las cuales se llevan a cabo bajo la dirección del Presidente de la Iglesia.
• El élder David B. Haight enseñó que el evento de la Transfiguración de Jesús “es tan significativo para iluminar espiritualmente a los tres testigos personales que la contemplaron, como para iluminarnos a nosotros mismos” (véase Liahona, octubre de 1977, pág. 5). ¿Qué podemos aprender de la Transfiguración que nos ayude cuando necesitemos fortaleza espiritual?
Repasemos los siguientes conceptos que presentó el élder Haight (Liahona, octubre de 1977, págs.5–6):
  1. a. 
    Debemos seguir el ejemplo del Salvador orando fervientemente cuando necesitemos fuerza espiritual (Lucas 9:28). Hablando de la Transfiguración, el élder Haight dijo: “Quizás no solamente experimentara Jesús el sentimiento de paz celestial que debió proporcionarle aquella oportunidad de comunión con su Padre, sino aún más, el de que en la hora venidera sería asistido por ministraciones que no eran de esta tierra… Mientras oraba a su Padre, fue elevado por encima de los temores y debilidades del mundo que le había rechazado”.
  2. b. 
    Podemos tener la certeza de que Jesús nos fortalecerá tal como lo hizo con Pedro, Santiago y Juan. El élder Haight dijo: “…había llevado consigo a sus tres Apóstoles en la confianza de que ellos, tras haber visto su gloria… pudieran ser fortalecidos, para que su fe pudiera reforzarse con el fin de prepararlos para los insultos y humillantes acontecimientos que a continuación tendrían lugar”.
  3. c. 
    Podemos ser fortalecidos por el testimonio del Salvador (Mateo 17:5) y por las doctrinas del Evangelio. El élder Haight dijo: “Los tres apóstoles escogidos fueron instruidos sobre la próxima muerte del Salvador, así como su resurrección, lo cual fortaleció a cada uno de ellos durante los memorables días venideros”.

Conclusión

Como Santos de los Últimos Días tenemos información que nos puede ayudar a comprender lo que tuvo lugar en el Monte de la Transfiguración. Testificamos cuan importante la revelación es en la Iglesia en nuestros días y de la necesidad de las llaves del sacerdocio, nosotros, al igual que Pedro, podemos saber, por medio del Espíritu Santo, que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Sugerencia adicional para la enseñanza

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice este concepto como parte de la lección.

Ocasiones en que el Padre testificó del Hijo

En las Escrituras tenemos el registro de cuatro ocasiones en que el Padre presentó a Su Hijo y testificó de Él. En esta lección se habla de una de ellas. Invite a los miembros de la clase a recordar las otras tres.
  1. 1. 
    El bautismo de Jesús (Mateo 3:13–17).
  2. 2. 
    La Transfiguración (Mateo 17:1–9).
  3. 3. 
    La aparición de Jesús ante los nefitas (3 Nefi 11:1–7).
  4. 4. 
    La Primera Visión de José Smith (José Smith—Historia 1:13–17).


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