Friday, May 19, 2017

Lección # 9 “…la única iglesia verdadera y viviente”: Doctrinas y Convenios y la Historia de la Iglesia

Actividad para despertar el interés


1. Explique brevemente una de las razones por las cuales se siente agradecido de ser miembro de la Iglesia. 
2. ¿En qué fecha se organizó la Iglesia en esta dispensación?
  • ¿Cómo sabía José Smith cuándo debía organizarse la Iglesia?
  • ¿Dónde se organizó la Iglesia?
  • ¿Cuántos miembros tenía la Iglesia cuando se organizó?
En esta lección se analiza la organización de la Iglesia de Jesucristo en los últimos días. .

1. La Iglesia se organizó en los últimos días.

En 1830 fue un año memorable para la historia del mundo. Había llegado el momento en que se cumplirían las antiguas profecías (Isaías 11:11–12; 29:13–14; Jeremías 31:31–33; Daniel 2:44–45). Después que el Libro de Mormón se publicó y se restauró el sacerdocio, el siguiente paso trascendental de la restauración del Evangelio fue la organización oficial de la Iglesia. En Doctrina y Convenios 20 se encuentran las instrucciones que el Señor le dio a José Smith acerca de cómo debía organizarla.
• ¿En qué fecha se organizó la Iglesia en esta dispensación? (Véase D. y C. 20:1; 21:3.) ¿Por qué se escogió ese día? (Véase el encabezamiento de D. y C. 20.)
• Entre la Primera Visión y la organización de la Iglesia hubo un lapso de diez años. Durante ese tiempo, 
¿qué acontecimientos ocurrieron para preparar el camino para la organización de la Iglesia y para preparar a José Smith para que la dirigiera? 
En la época en que el élder Gordon B. Hinckley prestaba servicio en el Quórum de los Doce, dijo:
“Ese día de la organización fue, sin lugar a dudas, el día de graduación de José después de haber pasado diez años de extraordinaria preparación. Había comenzado con la visión incomparable en una arboleda durante la primavera de 1820, cuando el Padre y el Hijo se le aparecieron a él, un muchacho de catorce años, y siguió con las amonestaciones y las instrucciones que le dictó Moroni en múltiples ocasiones. Después tuvo lugar la traducción de los anales sagrados y la inspiración, el conocimiento y la revelación que obtuvo por medio de esa experiencia. Se otorgó la autoridad divina, se le confirió nuevamente al hombre el antiguo sacerdocio por medio de quienes poseían el derecho de hacerlo: Juan el Bautista para el Sacerdocio Aarónico y Pedro, Santiago y Juan para el de Melquisedec. Se recibieron revelaciones, un número de ellas, en las cuales la voz de Dios se escuchó nuevamente y las vías de comunicación se abrieron otra vez entre el hombre y el Creador. Todo ello fue preliminar a ese histórico 6 de abril” (“150-Year Drama: A Personal View of Our History”, Ensign, abril de 1980, págs. 11–12).
• ¿En qué forma ayudó la salida a luz del Libro de Mormón a preparar el camino para la restauración del Evangelio? (Véase D. y C. 20:6–12.) ¿Cómo ayudó la restauración del sacerdocio a preparar el camino? (La autoridad del sacerdocio fue necesaria para dirigir la Iglesia y para oficiar en las ordenanzas de salvación.)
El 6 de abril de 1830, José Smith y más de 50 personas más se congregaron en la cabaña de troncos de Peter Whitmer, padre, en Fayette, Nueva York, para organizar la Iglesia. La ley del estado de Nueva York estipulaba que una Iglesia tenía que tener por los menos seis miembros para poder organizarse oficialmente. Por lo tanto, seis hombres, todos los cuales se habían bautizado y habían visto las planchas de oro, se convirtieron en los primeros miembros oficiales de la Iglesia. Esos hombres fueron: José Smith, Oliver Cowdery, Hyrum Smith, Peter Whitmer, hijo, Samuel H. Smith y David Whitmer (véase History of the Church, tomo I, pág. 76; para obtener más antecedentes históricos al respecto, véase Nuestro Legado, págs. 14–16).
• ¿Con qué nombre se organizó la Iglesia? (Véase D. y C. 20:1.) A la Iglesia también se la llamó por algunos otros nombres durante los primeros años, pero que, en abril de 1838, el Señor reveló el nombre por el cual se conocería a Su Iglesia. ¿Qué nombre dio Él a Su Iglesia? (Véase D. y C. 115:4.) ¿Por qué es importante que la Iglesia del Señor lleve Su nombre? (Véase 3 Nefi 27:8.)
El nombre Iglesia Mormona es un sobrenombre que se le puso a causa del Libro de Mormón, pero preferimos que a nuestra Iglesia se le llame por su verdadero nombre con el fin de hacer hincapié en que creemos en el Salvador, Jesucristo.

2. El Señor manda a los miembros de la Iglesia que sigan al Profeta.

Durante la reunión en la cual se organizó a la Iglesia, José Smith y Oliver Cowdery fueron sostenidos como los oficiales presidentes de la Iglesia (History of the Church, tomo I, pág. 77). El Señor dio también una revelación en la cual se daban instrucciones a los miembros de la Iglesia de seguir a José Smith como a su profeta. Esta revelación se encuentra registrada en D. y C. 21.
• Lea D. y C. 1:38 y 21:4–5  ¿Qué enseñan estos versículos acerca de cómo debemos considerar las palabras del Profeta? (a pesar de que las declaraciones registradas en D. y C. 21 estaban dirigidas a José Smith, se aplican también a los profetas que le han sucedido.) ¿Dónde podemos encontrar las palabras del Profeta viviente? (En las cartas oficiales, la conferencia general y las revistas de la Iglesia, la revista Liahona, en español.) ¿Qué consejo o enseñanzas de los profetas de los últimos días han tenido un significado especial para ustedes?
• En D. y C. 21:5, el Señor dice que debemos escuchar las palabras del Profeta “con toda fe y paciencia”. ¿Por qué en ocasiones se requiere paciencia o fe para seguir el consejo del Profeta? 
• Lea D. y C. 21:6 con los miembros de la clase. ¿Qué bendiciones ha prometido el Señor a quienes sigan al Profeta? 
 En la actualidad, ¿cómo se cumplen esas promesas en la vida de los miembros de la Iglesia? 
¿De qué modo han sido bendecidos por seguir al Profeta?
• En D. y C. 21:9, leemos que el Señor prometió una “poderosa bendición” a quienes obrasen a Su servicio. ¿Qué bendiciones han recibido al encontrarse prestando servicio al Señor? (Una de las bendiciones del prestar servicio al Señor es que nuestro testimonio sobre las palabras de los profetas se fortalece.)

3. El Señor insta a los miembros de la Iglesia a congregarse a menudo con el fin de participar de la Santa Cena.

• En la reunión en la cual se organizó la Iglesia, los miembros participaron de la Santa Cena (History of the Church, tomo I, pág. 78). En la opinión de ustedes, ¿por qué fue importante que se efectuase la ordenanza de la Santa Cena durante la primera reunión de la Iglesia restaurada?
• En D. y C. 20, el Señor reveló información acerca de cómo debía administrarse la Santa Cena (versículos 75–79). Lea D. y C. 20:75 
 ¿Por qué es importante participar a menudo de la Santa Cena?
• Lea en voz alta las oraciones sacramentales (D. y C. 20:77, 79). 
¿Qué promesas hacemos cuando participamos de la Santa Cena? (Véase también Lucas 22:19–20; 3 Nefi 18:7, 10–11.) 
Ambas oraciones se hace hincapié en que debemos recordar a Jesús. ¿Qué quiere decir “recordarle siempre”? ¿Por qué nos ayuda la Santa Cena a recordarle?
• ¿Qué promesa se hace en las oraciones sacramentales para quienes participen dignamente? (Véase D. y C. 20:77, 79.) 
• En D. y C. 27, vemos que el Señor dio nuevas instrucciones a José Smith acerca de la Santa Cena. ¿Qué se encontraba haciendo José Smith cuando recibió esta revelación? (Véase el encabezamiento de D. y C. 27.) ¿Qué aprendió José acerca de la Santa Cena por medio de esta revelación? (Véase D. y C. 27:2.) ¿Qué podemos hacer para participar de la Santa Cena “con la mira puesta únicamente en [la] gloria [de Cristo]”?

4. El Señor explica los deberes de los miembros de la Iglesia.

• Lea D. y C. 20:68–69  En estos versículos, el Señor explica el “deber de los miembros después de ser recibidos por el bautismo”. 
¿Qué revela el versículo 69 acerca de lo que espera el Señor de nosotros en calidad de miembros de la Iglesia? 
¿Qué podemos hacer para demostrar al Señor que nos sentimos agradecidos por ser miembros de Su Iglesia?

Conclusión

La organización de la Iglesia de Jesucristo en 1830 fue uno de los grandes milagros de los últimos días. A pesar de que esa pequeña reunión llevada a cabo en Fayette, Nueva York, pasó inadvertida para la mayoría de la gente, los acontecimientos que tuvieron lugar ese día cambiaron al mundo.
El presidente Wilford Woodruff habló sobre una reunión en la que el profeta José Smith profetizó acerca del crecimiento de la Iglesia. La reunión se llevó a cabo en “una pequeña casa de apenas un poco más de cuatro metros cuadrados, pero allí estaba congregado todo el sacerdocio de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que se encontraba en ese entonces en el pueblo de Kirtland y que se habían reunido para emprender desde allí la marcha del campo de Sión”. Después de que varios de los hombres dieron su testimonio de la obra, el Profeta dijo:
“ ‘Hermanos, me he sentido enaltecido e instruido por vuestros testimonios, pero deseo deciros delante del Señor que, concerniente a los destinos de esta Iglesia y reino, no sabéis más de lo que sabe un infante que está en brazos de su madre. No lo comprendéis… No veis aquí esta noche más que un puñado de poseedores del sacerdocio, pero esta Iglesia llenará América del Norte y del Sur, llenará el mundo’ ” (citado por el élder James E. Faust en “La eternidad ante nosotros”, Liahona, julio de 1997, pág. 20).


Nuestra relación con Dios

Lean D. y C. 20:8–31 con el fin de determinar algunas verdades acerca de Dios y de la relación que tiene con Sus hijos e hijas sobre la tierra. A continuación, se enumeran algunas de esas verdades que quizás usted desee analizar:
  1. a. 
    D. y C. 20:11. (Dios inspira a la gente y la llama para realizar Su obra.)
  2. b. 
    D. y C. 20:12. (Él es el mismo ayer, hoy y siempre.)
  3. c. 
    D. y C. 20:17. (Él es infinito, eterno e inmutable.)
  4. d. 
    D. y C. 20:17. (Él organizó los cielos y la tierra y todo cuanto en ellos hay.)
  5. e. 
    D. y C. 20:18. (Él nos creó a su imagen.)
  6. f. 
    D. y C. 20:21–25. (Dios dio a Su Hijo Unigénito para que expiara nuestros pecados.)
  7. g. 
    D. y C. 20:29–31. (Si creemos, nos arrepentimos, amamos y servimos a Dios, y perseveramos hasta el fin, seremos justificados y santificados por medio de la gracia de Jesucristo y salvados en el reino de Dios.)

3. “…beberé del fruto de la vid con vosotros” (D. y C. 27:5)

• Lean D. y C. 27:5. Según este versículo, ¿qué promesa nos hace el Señor acerca de la Santa Cena? (En un día futuro, Él participará de la Santa Cena en la tierra con Sus seguidores.) 
Según el Señor, ¿quiénes estarán con Él durante ese acontecimiento? (Véase D. y C. 27:5–14. en el versículo 14, se registra que Él dice que “todos aquellos que mi Padre me ha dado de entre el mundo” se encontrarán presentes.)

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